Una de las causas de ACV, según los científicos, es la disfunción de la articulación temporomandibular, también llamada complejo articular craneomandibular.
Según las estadísticas, las enfermedades cardiovasculares son ahora la principal causa de discapacidad y muerte. Es uno de los problemas de mayor importancia social en la mayoría de los países desarrollados del mundo.
La patología de la articulación temporomandibular se diagnostica en el 70-80% de los adultos y ocupa el tercer lugar después de la caries y la enfermedad periodontal.
Esta patología puede interrumpir el flujo sanguíneo cerebral, causando la compresión de la arteria carótida interna, lo que puede dañar el cerebro, creen los científicos. En este caso, el flujo de sangre se reduce, el ritmo cardíaco aumenta y la presión se incrementa.
Las arterias que alimentan el cerebro están comprimidas, lo que lleva a cambios de presión, fallos en la glándula pituitaria y el hipotálamo, los coordinadores del sistema endocrino. Los cambios pueden afectar el estado normal de la arteria carótida y hasta provocar un colapso del vaso. Son estos cambios los que pueden provocar un ACV.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) July 3, 2020
Ahora los mecanismos de la influencia del sistema dentario en el daño a la arteria carótida, que combina el trabajo del cerebro y el corazón, no están completamente estudiados. Por lo tanto, los investigadores de la Universidad nacional politécnica de investigación de Perm se propusieron desarrollar un modelo biomecánico de estos procesos internos.
La articulación temporomandibular es un sistema complejo que cambia constantemente a lo largo de la vida humana. La patología suele ser asintomática, lo que aumenta aún más el riesgo de enfermedades.
Para llevar a cabo la investigación, publicada en Rossiyski zhurnal biomejaniki, los científicos utilizaron el tejido conectivo de una cabeza de cerdo, que es genética y fisiológicamente similar a los humanos.
Para construir el modelo, estudiaron las propiedades mecánicas de los tejidos que se encuentran entre la articulación temporomandibular y la arteria carótida.
En el futuro, los investigadores planean llevar a cabo experimentos con tejido humano.