Resultó ser un hombre que llevaba una bandera de la independencia de esta región administrativa especial de China.
"Un hombre fue detenido por una bandera que llamaba a la independencia de Hong Kong, lo que es una violación de la ley de seguridad nacional de Hong Kong", tuiteó la Policía.
#BREAKING: A man was arrested for holding a #HKIndependence flag in #CausewayBay, Hong Kong, violating the #NationalSecurityLaw. This is the first arrest made since the law has come into force. pic.twitter.com/C0ezm3SGDm
— Hong Kong Police Force (@hkpoliceforce) July 1, 2020
Se señala que es la primera detención después de que la ley haya entrado en vigor.
Varias horas después agentes de seguridad de Hong Kong detuvieron a más de 180 personas sospechosas de participar en reuniones ilegales y violar la ley de seguridad nacional, según la Policía.
La Policía usó cañones de agua contra los manifestantes congregados cerca de la estación de bomberos en Hennessey Road.
"Más de 180 personas fueron detenidas por participar en reuniones ilegales, vandalismo, posesión de arma blanca y otros delitos asociados, incluidos siete que fueron detenidas por presunta violación de la ley de seguridad nacional. Los arrestos continúan", tuiteó la Policía.
#BREAKING: Over 180 have been arrested for participating in unauthorised assemblies, disorderly conduct, possession of offensive weapon and other related offences, including 7 for suspectedly violating #NationalSecurityLaw. Arrest action is underway. Stop breaking the law.
— Hong Kong Police Force (@hkpoliceforce) July 1, 2020
Reacción del Reino Unido
Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, condenó la ratificación e "imposición" por China de la ley de Seguridad Nacional de Hong Kong y confirmó su intención de extender los derechos de entrada y asentamiento en Reino Unido para un sector de la ciudadanía de la región.
"La ley constituye una obvia y grave violación de la Declaración Conjunta sino-británica [de 1984], dijo en la sesión de control al primer ministro en el Parlamento de Westminster.
Johnson reiteró en la Cámara de los Comunes el compromiso de su Gobierno con "las normas y obligaciones" del histórico tratado, que marcó la hoja de ruta del traspaso de la colonia británica a China el 1 de julio de 1997.
"La ley restringe el alto grado de autonomía de Hong Kong y está, indirectamente, en conflicto con la ley Básica [del territorio]", sostuvo.
El mandatario conservador agregó que la nueva ley pone en riesgo "libertades y derechos protegidos por la Declaración Conjunta".
Los ciudadanos de Hong Kong con alguna conexión británica —y con un actualizado pasaporte BNO— disfrutan de beneficios limitados de residencia y trabajo en Reino Unido desde 1997, además de la entrada en el país sin visado.
El reforzamiento de las ventajas de los portantes del pasaporte BNO podría extenderse a unos 2,9 millones de personas.
"No vamos a mirar hacia el otro lado en Hong Kong, ni vamos a eludir nuestras responsabilidades históricas con su población", declaró el canciller Dominic Raab en los Comunes.
El jefe de la diplomacia británica reafirmó el "compromiso" de su Gobierno para "alterar los procedimientos" inmigratorios y "respaldar a la gente de Hong Kong".
Así, se abrirá una "ruta migratoria distintiva" para residentes de Hong Kong con pasaporte BNO y sus familiares o personas "dependientes", que les permitirá vivir y trabajar en el Reino Unido durante cinco años.
"No impondremos cuotas", prometió el canciller, haciendo una excepción al sistema general que se aplicará a migrantes de la Unión Europea y de otros territorios después del Brexit.
Raab rehusó revelar las proyecciones del Gobierno sobre el número de hongkoneses que se acogerán a la nueva ruta de asentamiento en Reino Unido.
Fuentes diplomáticas chinas recuerdan que Londres se "comprometió explícitamente" a negar la residencia permanente a residentes en Hong Kong con pasaporte británico de ultramar y nacionalidad china.
El pasado 28 de mayo, el Legislativo chino avaló una resolución que daba luz verde a su Comité Permanente para desarrollar e incluir en la legislación de Hong Kong la ley de seguridad nacional, que penaliza los actos de subversión, terrorismo, secesión, la conspiración con influencia extranjera y otros que amenacen la seguridad del territorio.
Este proyecto de ley provocó críticas de las fuerzas antigubernamentales de Hong Kong y de algunos funcionarios occidentales que vieron en ese documento el deseo de Pekín de recrudecer el control sobre esa región autónoma.
China rechazó cualquier crítica al respecto y declaró que todos los temas relativos a Hong Kong son un asunto interno.