Según aseguró la representante de las Naciones Unidas en la apertura del 44 período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, "seis meses después de que se detectaran los primeros casos, está claro que la epidemia amenaza tanto la paz como el desarrollo, y que requiere de mayores derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales".
"La pandemia debe impulsarnos a tomar medidas decisivas para fortalecer la poderosa protección que ofrecen las acciones basadas en los derechos humanos: promover la Salud Pública, fomentar la confianza pública en las directrices oficiales y aumentar la estabilidad social y económica", subrayó Bachelet.
Para la funcionaria, sin una respuesta nacional e internacional rápida y decisiva, la pandemia pondrá fin a las esperanzas de alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas para 2030.
Bachelet recordó que los países más pobres del mundo fueron los más afectados por el coronavirus y por las medidas que se tomaron para frenar la propagación del virus.
En esos Estados se registraron unas altas tasas de mortalidad, la mayor pérdida masiva de empleos, especialmente en el sector informal de la economía, problemas de educación y un incremento de los precios de los alimentos.
La alta Comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos también pidió no silenciar la información sobre el COVID-19, pues esa censura bloquearía información esencial necesaria para combatir la pandemia.
Según Bachelet, para combatir eficazmente el COVID-19, la comunidad internacional debe aunar esfuerzos y apoyar el respeto a los derechos humanos.
"Cualquier falta de cooperación internacional y cualquier esfuerzo en el que se priorice el beneficio privado o el beneficio político, en lugar de la Salud Pública, hará que se repitan los ciclos de infección, así como obstaculizará la recuperación económica", advirtió la comisionada de la ONU.
