Según la encuesta, para el 32% de los encuestados su Gobierno es "bueno u óptimo", mientras que en el sondeo realizado en mayo el índice estaba en el 33%, lo que representa una leve caída dentro del margen error, lo que indicaría estabilidad.
El rechazo al Gobierno también es estable: el 44% lo consideran "malo o pésimo" (frente al 43% de mayo) y los que lo definen como "regular" son el 23%, frente al 22% de la encuesta anterior.
Pese a ello, el apoyo de sus simpatizantes no parece desgastarse; los más satisfechos con su gestión son los que dicen que "siempre confían" en Bolsonaro (92% de aprobación), los empresarios (51%) y las personas de 35 a 44 años (37%).
Por otro lado, el perfil de quienes rechazan la forma de gobernar del presidente es el de personas más jóvenes (de entre 16 y 34 años, 54% de rechazo), con educación superior (53%) y con mayores ingresos (una renta por encima de diez salarios mínimos, el 52%).
Por el otro lado sobresale el noreste, tradicionalmente con un electorado más a la izquierda, donde el 52% de la población cree que su Gobierno es malo o pésimo.
Asimismo, el 54% de los encuestados cree que Bolsonaro es "poco inteligente", frente al 40% que lo definen como "muy inteligente" y un 6% que no respondió.
A pesar de la lenta erosión de su imagen, Bolsonaro es el presidente menos popular de la historia en los primeros meses de su mandato.
Antes que él, el récord lo tenía el expresidente Fernando Collor (1990-1992) que prácticamente a la misma altura de la legislatura (un año y seis meses) era rechazado por el 41% de brasileños (Bolsonaro tiene tres puntos más de rechazo).
Para realizar esta encuesta el instituto Datafolha entrevistó, entre los días 23 y 24 de junio, a 2.016 brasileños de todas las regiones del país.