"La presidenta Áñez nunca debió haberse presentado como candidata", fue la opción elegida por el 53,6% de los candidatos, en tanto que el 27,9% apoyó la idea de que ella "debe renunciar a su candidatura para concentrarse en las acciones del Gobierno contra el coronavirus".
Apenas un 8,8% de los consultados opinó que Áñez podía ser candidata sin dejar de ser presidenta.
La publicación del informe, en base a datos recolectados entre el 1 y el 17 de junio, se produjo mientras se aguardaba que el Tribunal Supremo Electoral publique la convocatoria oficial a las elecciones generales que, según una ley recién puesta en vigencia, deberían realizarse a más tardar el domingo 6 de septiembre.
Áñez, quien era senadora de un pequeño partido derechista, se autoproclamó presidenta transitoria en noviembre de 2019, tras el derrocamiento de Evo Morales (2006-2019), anunciando que concentraría su misión en cumplir el mandato constitucional de presidir elecciones a corto plazo.
Pero en enero pasado anunció sorpresivamente su decisión de ser candidata sin dejar la presidencia del país y resultó después encabezando la lucha contra la pandemia de COVID-19 que, entre otras consecuencias, obligó a suspender las elecciones que estaban convocadas para el 3 de mayo.
También era mayoritario (79,2%) el criterio de que la situación política del país ya es mala o muy mala.
Esta percepción de la situación política resultaba coherente con la opinión de un abrumador 98,5% de los consultados de que los hechos de violencia y enfrentamiento entre bolivianos ocurridos en 2019 no han sido superados y podrían resurgir "en cualquier momento".
Entre los líderes consultados, fueron también amplia mayoría quienes opinaron que el Gobierno de Áñez ejercía persecución política contra sus adversarios y utilizaba la crisis sanitaria para penalizar la disidencia y la libertad de expresión.