Han pasado más de seis meses desde que se registró el primer contagio y, aun así, los científicos de todo el mundo todavía no han logrado describir bien las características clínicas y las respuestas inmunitarias de los individuos asintomáticos que se contagiaron con el coronavirus.
Por ello, un equipo de investigadores chinos decidió profundizar en este tema, analizando los anticuerpos —la inmunoglobulina G (IgG)— en dos grupos portadores de COVID-19 procedentes del distrito de Wanzhou, situado en el centro de China. El primer grupo incluyó a 37 personas asintomáticas que dieron positivo por SARS-CoV-2 y, el segundo, al mismo número de individuos pero con síntomas propios del COVID-19.
Esta no es la única investigación que intenta analizar cómo se desarrolla la inmunidad al virus. Previamente otro estudio evaluó la dinámica relacionada con la desaparición de los anticuerpos neutralizantes del SARS-CoV-2 en ocho pacientes. Sus resultados revelaron que el nivel de IgG disminuyó en cuatro participantes de esta investigación en el transcurso de entre seis y siete semanas tras el inicio de la enfermedad.
"Juntos, estos datos podrían indicar los riesgos de usar los llamados pasaportes de inmunidad del COVID-19 y respaldar la prolongación de métodos de lucha contra la pandemia como el distanciamiento social, la higiene, el aislamiento de los grupos de riesgo y las pruebas generalizadas", destacan los científicos chinos.
Por ello, se necesitan con urgencia más estudios serológicos longitudinales que incluyan a más individuos sintomáticos y asintomáticos para determinar la duración de la inmunidad, concluyen.