¿Has lo que yo digo, pero no lo que yo hago?
La necesidad tiene cara de hereje. Europa, tierra de libertades, supuestamente respetuosa de los derechos —de todo tipo—, apóstol del libre pensamiento y también del libre mercado, ahora apunta y abre fuego contra las empresas extranjeras subsidiadas por sus países: les va a controlar hasta el último céntimo del cómo, dónde, cuándo, por qué, y sobre todo, cuánto, sobre el dinero que reciben en subsidios.
La encargada de dar a conocer la proclama del libro blanco fue la vicepresidenta de la Comisión al cargo de Competencia, Margrethe Vestager. El documento deja constancia de las condiciones calamitosas diagnosticadas a la economía del bloque a causa del coronavirus y subraya que las empresas europeas no compiten en pie de igualdad con algunas de sus pares extranjeras en el mercado comunitario interno.
Según dice la funcionaria, mientras las compañías de Europa están sujetas a los estrictos límites por las ayudas de Estado, las extranjeras —como si fueran todas— no padecen el mismo control. "Existe un vacío aquí y eso necesita cambiar", sentenció Vestager. Y el cambio será el sometimiento a un estricto control contra las ayudas que reciben desde fuera las empresas foráneas.
"Esto es medio confuso además. [Dicen] Que van a controlar las ayudas que podrían recibir las empresas extranjeras porque no estarían en igualdad de condiciones… Es muy peligroso, porque es tan vaga la definición del control que se les va a hacer, que si esto fuera una medida de China, uno estaría propenso a afirmar que no es más que un in crescendo del control estatal o regulatorio de la economía china que es enteramente planificada", advierte el experto.
¿Apuesta de alto riesgo?
IHS Markit se la jugó de ojos cerrados. Arriesgó un veredicto respecto a la recesión provocada por el coronavirus, la más profunda de los últimos 75 años. "Irónica y afortunadamente las recesiones desencadenadas por la pandemia en las economías desarrolladas probablemente también serán cortas", apostó el economista jefe de la entidad, Nariman Behravesh.
"Yo creo que ambas opiniones debieran partir de una primera aclaración que es: 'todo esto es válido, sí y sólo sí, no se produce la temida segunda ola de la pandemia'. […] Todas las proyecciones que uno puede hacer, previamente deben aclarar qué supuesto de la pandemia están realizando. Porque no es lo mismo proyectar el nivel de actividad económica asumiendo que la pandemia se está acabando, a proyectar el nivel de actividad asumiendo que vamos a tener un segundo brote", avisa el economista Luis Palma Cané.