"Nosotros, los Ministros de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y la Alta Representante de la Unión Europea subrayamos nuestra gran preocupación con respecto a la decisión de China de imponer una ley de seguridad nacional en Hong Kong", dice el comunicado.
Los países del G7 declararon que la medida de no está en consonancia con la Ley Básica de Hong Kong y sus compromisos internacionales bajo los principios de la Declaración Conjunta sino-británica.
"La ley de seguridad nacional propuesta socavaría seriamente el principio de 'Un país, dos sistemas' y el alto grado de autonomía del territorio", dijeron las naciones del G7.
Agregaron que "pondría en peligro el sistema que permitió que Hong Kong floreciera y lo convirtió en un éxito durante muchos años".
El G7 enfatizó que el debate abierto y la consulta con las partes interesadas son vitales.
"También estamos extremadamente preocupados de que esta acción reduzca y amenace los derechos y libertades fundamentales de toda la población protegida por el estado de derecho y la existencia de un sistema de justicia independiente", dijeron las autoridades.
Las protestas a gran escala han tenido lugar esporádicamente en Hong Kong desde junio de 2019, y los manifestantes afirman oponerse a la creciente influencia de Pekín en la región administrativa especial.
Los residentes de Hong Kong consideran que la legislación, que prohíbe las actividades secesionistas, entre otras cosas, socava sus libertades.
Sin embargo, tanto el liderazgo de Hong Kong como el gobierno central dicen que la legislación no afectaría los derechos legítimos de los residentes.
Pekín sostiene que los disturbios en Hong Kong son el resultado de la interferencia internacional y promete respetar el principio de "un país, dos sistemas".