El equipo internacional dirigido por el profesor Lindy Elkins-Tanton se centró en las rocas volcánicas de los traps de Siberia, una región de roca volcánica en Rusia. El masivo evento eruptivo que formó estas escaleras es uno de los mayores eventos volcánicos conocidos en los últimos 500 millones de años. Las erupciones continuaron durante aproximadamente dos millones de años y abarcaron entre el Pérmico y el Triásico. Hoy en día, el área está cubierta por unos tres millones de millas cuadradas de roca basáltica.
Los cálculos de la temperatura del agua de mar indican que en el pico de la extinción, la Tierra sufrió un calentamiento global letal, en el que la temperatura de los océanos ecuatoriales superó los 40 grados Celsius. Se necesitaron millones de años para que los ecosistemas se restablecieran y las especies se recuperaran.
Entre las posibles causas de este evento de extinción es que la quema masiva de carbón llevó a un catastrófico calentamiento global, que a su vez fue devastador para la vida.
Durante seis años, el equipo recogió más de 450 kilos de muestras, que fueron compartidos entre 30 científicos de ocho países.
A medida que las muestras fueron analizadas, el equipo comenzó a ver extraños fragmentos en los volcaniclásticos que parecían madera quemada, y en algunos casos, carbón quemado. El trabajo de campo posterior dio como resultado más sitios con carbón, hulla, e incluso algunas manchas pegajosas ricas en materia orgánica en las rocas.
"Nuestro estudio muestra que los magmas de los traps siberianos incorporaban carbón y material orgánico", reveló Elkins-Tanton, al agregar que es la evidencia directa de que los magmas también quemaron grandes cantidades de carbón y materia orgánica durante la erupción.
"Ver estas similitudes nos da un impulso extra para tomar medidas ahora, y también para comprender mejor cómo responde la Tierra a cambios como estos a largo plazo", declaró Elkins-Tanton.
Los resultados de su estudio se han publicado recientemente en la revista Geology.