"El reciente aumento de la violencia en Afganistán, junto con los ataques dirigidos contra centros de salud, amenaza con reducir o impedir el acceso a los servicios sanitarios para millones de afganos que más que nunca los necesitan ante el brote de COVID-19", dice el comunicado.
El jefe de la delegación en Afganistán del CICR, Juan Pedro Schaerer, señaló que tras una reducción relativa de las hostilidades en febrero y marzo, las bajas civiles volvieron a aumentar, mientras el país, cuyo sistema sanitario ya está sobrecargado, sigue luchando contra la pandemia de coronavirus.
Además, resulta preocupante el hecho de que muchos de los casos confirmados de COVID-19 corresponden al personal sanitario, que sufre una constante escasez de mascarillas y gel desinfectante de manos, indico el CICR.
Otro problema es el número reducido de donaciones de sangre, mientras la demanda de transfusiones de sangre se mantiene en el mismo nivel, explicó el organismo.
"Estamos luchando contra un enemigo global y necesitamos un acuerdo a nivel nacional sobre cómo hacer frente al COVID-19 (...) Para empezar, es necesario que todos, sin excepción alguna, respeten por completo la ley humanitaria internacional para proteger a los civiles en Afganistán", subrayó Schaerer.
El CICR llamó a proteger las misiones sanitarias, así como fortalecer los sistemas de atención médica en lugares como centros de detención.
Afganistán vive una situación de inestabilidad debido a los ataques que lanzan los talibanes y, desde 2015, el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países), pese a la fuerte presencia militar de Estados Unidos y sus aliados.
También cinco agentes de seguridad de Afganistán fallecieron y otros siete sufrieron heridas tras un ataque talibán en la provincia de Kunduz (noreste); y al menos 12 agentes de seguridad afganos perdieron la vida y otros cinco resultaron heridos a causa de otro ataque en la provincia de Jawzjan (norte).
Desde el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica de pandemia la enfermedad COVID-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2, detectado por primera vez en la ciudad china de Wuhan en diciembre.
A escala global, el nuevo coronavirus infectó a más de 8,2 millones de personas, provocando más de 444.800 decesos, mientras unos 3,98 millones de personas se han recuperado, según la Universidad Johns Hopkins (EEUU).