El cultivo de células madre se ha utilizado durante mucho para la reconstrucción de diferentes órganos y partes de nuestro organismo fuera del cuerpo. Por muy simple que parezca a simple vista, la piel es unos de los órganos más complicados de nuestros cuerpos.
Pero recientemente, un grupo de científicos, dirigidos por Jiyoon Lee, ha logrado que recrear en condiciones artificiales organoides capaces de formar tejido cutáneo de varias capas con folículos pilosos e incluso sus glándulas sebáceas y circuitos neuronales.
Las células crecieron en una esfera y después de más de 70 días comenzaron a aparecer folículos que finalmente produjeron vello. La mayoría de los pelos incluso estaban pigmentados por melanocitos. Los tejidos asociados con los folículos pilosos, como las glándulas sebáceas, los nervios y sus receptores, músculos y grasas, también se desarrollaron, lo que condujo a la formación de una piel notablemente completa.
"Los organoides pueden ayudar a modelar enfermedades de la piel y el cabello y a detectar drogas experimentales para detectar cualquier toxicidad y su eficacia. También se pueden usar en combinación con estudios de asociación de todo el genoma u otros datos genéticos para analizar cómo las mutaciones genéticas particulares alteran el desarrollo de la piel", explica la importancia del estudio publicado en la revista científica Nature.
Además, quedan varias preguntas antes de que este enfoque terapéutico se convierta en realidad. Por ejemplo, ¿qué tan eficiente y reproducible se desarrollan los pelos? ¿Cuántas células se necesitan para formar un folículo capilar una vez injertado?
A pesar de estas advertencias, el estudio de Lee y sus colegas es un paso importante hacia una cura para la calvicie en humanos y allana el camino hacia otras posibilidades terapéuticas mayores, resume el estudio.