Este río, que transita cerca de la Abadía de Bolton, en el condado de Yorkshire del Norte, no tiene cascadas. Tampoco tiene vida salvaje letal, ni rápidos. Pero si pruebas a darte un baño en la sección que muestra este vídeo, o si caes en él por accidente, lo más probable es que no llegues a contarlo.
El lugar exacto donde se encuentra esta trampa mortal se llama Bolton Strid, y es un lugar atractivo y apacible. Por eso muchos visitantes se acercan a contemplar el agua del río, cuyas rocas están cubiertas de moho como si se tratara de un anzuelo incluso para los más precavidos, y los más atrevidos intentan saltar de una orilla a la otra. Sin embargo, los locales ni siquiera se atreven a intentarlo.
Y es que este riachuelo no tiene nada de riachuelo: debajo de este arroyo de aproximadamente un metro de ancho se abre todo un abismo con fuertes corrientes subterráneas. Eso se debe a que este tramo supone un estrechamiento de un río mucho más grande que lo que se puede apreciar aquí, el cual se ensancha hasta alcanzar los 10 metros.
En menos de 100 metros, esta corriente se ve obligada a atravesar una brecha estrecha que hace que el agua gane una velocidad y una profundidad enormes. Esto crea una red de cavernas bajo los pies de los inocentes visitantes, los cuales, por cierto, quedan advertidos del peligro del río por señales de advertencia situadas en los árboles. Quien avisa no es traidor.