El 31 de mayo, el corresponsal de RIA Novosti Mijaíl Turguíev fue atacado con gas pimienta en la cara por un oficial de la Policía a pesar de identificarse como reportero, mientras cubría las protestas contra la brutalidad policial y el racismo en Estados Unidos.
También su colega, la periodista de la agencia Sputnik Nicole Roussell, denunció que fue baleada y herida mientras cubría las manifestaciones frente a la Casa Blanca, en Washington.
"En ambos casos, los periodistas rusos exhibieron sus tarjetas de prensa y hasta gritaron que eran reporteros… Por cierto que iniciaríamos acciones judiciales si hubiera ocurrido en un Estado de derecho… Pero de todos modos, ya pensaremos en hacerlo", dijo Simonián a Sputnik.
A su vez, el director general de su matriz, Rossiya Segodnya, Dmitri Kiseliov, destacó a Sputnik que el policía que hirió a Nicole Roussell disparaba a matar.
"La productora de Sputnik Nicole Russell contó cómo pasó todo: un policía disparó certeramente en su contra a quemarropa después de que le presentara su tarjeta de prensa y gritara que era de la prensa, después de que ella, cubriendo las protestas cerca de la Casa Blanca, cayera y se levantara", dijo Kiseliov.
Agregó que es una suerte que la periodista sigue viva porque "se puede matar con una bala de goma disparada a quemarropa".
"La policía estadounidense intimida a los periodistas para que no hablen de lo que está pasando en las calles de las ciudades estadounidenses", afirmó Kiseliov.
En este contexto llamó a todos los colegas de la prensa a mostrar solidaridad e investigar cada caso de ataque contra periodistas.
La Embajada rusa en Estados Unidos envió una nota al Departamento de Estado de EEUU.
El 25 de mayo el afroamericano George Floyd, de 46 años, falleció en Mineápolis tras un episodio de brutalidad policial, un hecho que fue filmado y rápidamente se volvió viral.
Las imágenes muestran a un oficial de Policía blanco que sujeta a Floyd en el suelo con la rodilla en el cuello durante varios minutos. Floyd repetidamente le dice al oficial que no puede respirar, hasta que queda inconsciente; murió en un hospital poco después.
La muerte de Floyd provocó una ola de manifestaciones en varias ciudades de EEUU, que en múltiples ocasiones desembocaron en desórdenes, saqueos y vandalismo.