Los sensores ópticos de humedad que tiene esta ventana ya forman parte de nuestra vida cotidiana, se utilizan para medir la calidad del aire, entre otras cosas. Básicamente detectan cambios en el entorno a través de los cambios en la luz, que convierten en señales digitales.
Las ventanas inteligentes tienen un filtro de color variable con una estructura resonadora de metal-hidrogel-metal, hidrogel a base quitosano, y lo combinaron con células solares para hacer un sensor de humedad autoalimentado.
Ver esta publicación en Instagram
El equipo de investigación descubrió que cuando el hidrogel de quitosano se convierte en la estructura metálica-hidrogel-metal, la longitud de onda de resonancia de la luz transmitida cambia en tiempo real dependiendo de la humedad del ambiente. Esto se debe a que el hidrogel de quitosano repite la expansión y la contracción a medida que la humedad cambia a su alrededor. Este filtro está diseñado para cambiar la cantidad de absorción de luz de las células solares dependiendo de la cantidad de humedad, y para conducir a cambios eléctricos que finalmente detectan la humedad circundante.
Estos hallazgos de la investigación se publicaron como un artículo de portada en la última edición de Advanced Optical Materials, una revista especializada en nanociencia y óptica. El estudio fue apoyado por el Centro de Financiación e Incubación de Investigación Samsung para la Tecnología del Futuro.