Dos cosas completamente diferentes
El experto en energía libanés Aiman Omar explicó que no es aconsejable utilizar en el mercado gasístico los mecanismos que se aplican al petrolero, dado que estos dos son "fundamentalmente diferentes".
"Los consumidores de gas no generan una demanda permanente, a diferencia de los de crudo. Además, los países exportadores de gas tampoco disponen de un fuerte cartel internacional como la OPEP. Por lo tanto, ese mercado depende en gran medida de las decisiones individuales tomadas por los proveedores", señaló.
"El hecho es que el gas natural licuado, a diferencia del petróleo, no puede transportarse durante meses en estado líquido. Debe pasar al gaseoso al cabo de pocas semanas. Si no, su calidad empeora mucho. Por esta razón, es difícil comparar estos dos mercados y aplicar los mismos escenarios de desarrollo económico", aseveró.
El economista catarí Abdalá Abdel Aziz Jater enfatizó que el mercado de gas en general tiene buenas perspectivas de desarrollo a corto y medio plazo.
"El gas es una energía pura que seguirá siendo de gran interés para sus consumidores. Además, los contratos a largo plazo ya concluidos garantizan la estabilidad de su mercado. La demanda de gas continúa creciendo a buen ritmo, incluso teniendo en cuenta la propagación del coronavirus. Por lo tanto, podemos observar una demanda aún mayor una vez que termine la pandemia" señaló.
Además, la ampliación de la industria gasística global implica el aumento de las inversiones y el mayor uso de tecnologías novedosas en la exploración de yacimientos. Serán los factores que continuarán apoyando los precios del combustible azul en el futuro, concluyó.
La carrera ya ha empezado
Catar y Australia han desencadenado una fuerte competencia por el mercado mundial de gas. Mientras Doha sigue siendo líder en las exportaciones del combustible azul, Canberra empieza a pisarle los talones.
Aiman Omar recuerda que en 2019 Catar vendió 77,6 millones de toneladas de gas a 22 países, acaparando un 22% de cuota de mercado. A su vez, Australia facturó 74,3 millones de toneladas, volumen que equivale al 21% de las exportaciones totales de este hidrocarburo.
"Está claro que Catar busca preservar su liderazgo como exportador más grande del mundo de gas natural licuado. Y estos planes otorgan una cierta estabilidad al mercado", destacó el experto libanés.
Según Aiman Omar, Doha ya ha empezado a buscar acceso a los mercados del norte y del oeste de Europa: puede enviar allí el gas natural licuado que debería haberse suministrado a Asia pero no tuvo salida en esta región debido a la pandemia.
Otros países no se duermen en los laureles
A su vez, el experto en energía kuwaití Kamil Haramy enfatizó que, a pesar de que Сatar y Australia están entre los líderes del mercado gasístico mundial, no se pueden olvidar las perspectivas de Irán, Rusia y EEUU.
"Debido al muy bajo precio del gas en Irán y en los países árabes, las respectivas inversiones continuarán fluyendo en la industria gasística rusa, que inesperadamente para Catar y Australia puede ayudar al país euroasiático a convertirse en el líder mundial en este ámbito", señaló.
Por su parte, el analista libio Monsef Shalawy señaló que a corto plazo el mercado mundial de gas puede experimentar cambios muy serios. Esto se hizo evidente en diciembre de 2019, cuando se descubrió un gran yacimiento en una plataforma libanesa que acumula alrededor de 707.921 millones de metros cúbicos de gas, apunta el experto.
Chipre firmó recientemente varios acuerdos con compañías extranjeras que le ayudarán a desarrollar un campo gasístico en su zona económica. A su vez, Egipto anunció la llegada de inversiones para estudiar depósitos en su propia plataforma, recordó el experto.
"Un reciente estudio geológico realizado por EEUU reveló que el volumen de las reservas de gas que se encuentran en las aguas egipcias asciende a 9,79 billones de metros cúbicos. Es decir, sus perspectivas son bastante interesantes", señaló.
Además, Shalawy agregó que los yacimientos situados en el Mediterráneo oriental son de gran interés para el mercado europeo, dado que pueden ayudarle a diversificar más fácilmente sus importaciones de combustible azul.
"El mercado europeo es prometedor para el gas procedente de la región. En primer lugar, porque sus yacimientos están ubicados lo más cerca posible de Europa, lo que hará que transportarlo sea menos costoso", concluyó.
Sin embargo, admitió que la dependencia de Europa de las importaciones de gas ruso —que ya se atribuye el 33% de la demanda general— continuará aumentando debido a la reducción de la extracción en el mar del Norte.