La demanda afirma que Google, el fabricante del sistema operativo para teléfonos inteligentes Android, instaló su software para móviles de forma que engañaba a los propietarios de los dispositivos sobre el nivel de protección de sus datos personales. De acuerdo a Brnovich, entra en conflicto con las leyes de protección al consumidor de Arizona que prohíben a las empresas tergiversar sus prácticas comerciales.
"Cuando los consumidores tratan de optar por no participar en la recopilación de datos de localización de Google, la empresa sigue encontrando formas engañosas de obtener información y utilizarla con fines de lucro", comentó Brnovich en una entrevista.
Según la demanda, Google mantiene el seguimiento de la ubicación en segundo plano para ciertas aplicaciones como la que muestra el tiempo y para las búsquedas en la web mediante su motor de búsqueda y el navegador Chrome, incluso después de que el usuario desactiva el seguimiento de la ubicación específica de la aplicación.
Brnovich ha solicitado obligar a Google a devolver los beneficios que pueda haber obtenido de la monetización de los datos de ubicación a través de los anuncios publicados para los residentes de Arizona.
"En algún momento, las personas o empresas que tienen mucho dinero piensan que pueden hacer lo que quieren y se sienten por encima de la ley. Quería que Google recibiera el mensaje de que Arizona tiene una ley estatal de fraude al consumidor. Puede que sea la empresa más innovadora del mundo, pero eso no significa que estén por encima de la ley", aseguró Brnovich en una entrevista para The Washington Post.