"Si usted se contagia al comienzo de la epidemia, tiene menos recursos para luchar por existir menos conocimientos sobre el virus. Por ejemplo, actualmente ya se sabe que el virus altera el sistema de coagulación y provoca el surgimiento de trombos, por lo cual ahora los pacientes reciben la terapia antitrombos. Si uno se infectó hace un mes, eso todavía no se sabía. Además, el virus se debilita con el tiempo, aumenta el número de las personas infectadas que no desarrollan síntomas", dijo.
La científica indicó tres sistemas que se deben chequear tras recuperarse del COVID-19: los pulmones, los riñones y el cerebro, en primer lugar, visitar al neumólogo y hacer el análisis de sangre, en particular verificar la tasa de filtración glomerular, que refleja el funcionamiento de los riñones.
En cuanto al cerebro, el coronavirus puede afectar el sistema nervioso, por lo se deteriora la memoria, disminuye la capacidad de reconcentrarse y pueden surgir dolores de cabeza.