"A partir del 6 de julio, y asumiendo que las condiciones externas lo permitan, comenzaremos a abrir más edificios en más ciudades. Esto les dará a los empleados de Google que necesitan volver a la oficina —o, si la capacidad lo permite, a los que desean regresar— la oportunidad de hacerlo de forma limitada y rotativa [por ejemplo, un día cada dos semanas, con una ocupación del edificio del orden del 10%]", publicó Pichai el 26 de mayo en el blog de la empresa.
Se tomarán las estrictas medidas sanitarias y de seguridad para garantizar la desinfección de los locales y el distanciamiento social, advirtió Pichai, de modo que todos "verán y sentirán una oficina diferente a lo que era cuando la abandonaron".
En septiembre, según el ejecutivo, el aforo pasaría al 30%, siempre y cuando lo permitan las circunstancias.
Google prevé sin embargo que la mayoría de su personal siga teletrabajando hasta finales del año, por lo que a cada empleado se ofrecerá un subsidio de $1.000 dólares, o el importe equivalente en otras monedas nacionales, para la compra de equipos y muebles necesarios para labor remota.