Según informó el Gobierno regional en un comunicado, "a partir del 1 de junio, índices de ocupación hospitalaria y de evolución de casos en 17 regiones del estado definirán cinco niveles restrictivos de retorno productivo en función de criterios médicos y epidemiológicos, para que el sistema de salud continúe en pleno funcionamiento".
La desescalada se hará por zonas: la capital, Sao Paulo y otras diez regiones, por ejemplo, ya están en la fase naranja y a partir del 1 de junio podrán reabrir, con restricciones, el comercio, centros comerciales y oficinas, entre otras actividades.
El plan gradual no contempla en ningún caso el retorno de eventos que generan aglomeraciones, como fiestas, campeonatos, cines, teatros.
El gobernador, Joao Doria, explicó que la reapertura se hará poco a poco y siempre siguiendo los indicadores sanitarios, por lo que si en algún momento se hace necesario se podrá volver atrás y reinstaurar restricciones.
No obstante, de momento descartó la posibilidad de aplicar el llamado lockdown (cierre total de la actividad económica).
Según los datos más recientes de las autoridades regionales, del 26 de mayo, en el estado de Sao Paulo fallecieron por COVID-19 más de 6.400 personas (el día anterior se sumaron 203 fallecidos) y hay más de 86.000 casos confirmados.
Hay un total de 12.200 pacientes con COVID-19 internados en los hospitales del estado, y la tasa de ocupación de las camas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) para estos pacientes es del 74,5% en todo el estado de Sao Paulo y del 87,7% en el área metropolitana de la capital.