Barreda "Tenía un mal estado general. Sufrió un paro cardiorrespiratorio. Estaba parcialmente lúcido en los últimos tiempos. No tenía problemas con las personas del lugar. Se lo veía tranquilo", confirmaron a la policía de la Provincia de Buenos Aires fuentes de la residencia, según publica el portal Infobae.
El odontólogo, armado de una escopeta, asesinó a su esposa, Gladys McDonald, a sus dos hijas, Cecilia y Adriana Barreda y a su suegra, Elena Arreche en la casa que todos compartían en la ciudad de La Plata, en la Provincia de Buenos Aires.
"Entre una biblioteca y la puerta, estaba la escopeta parada (…) Sentí como una fuerza que me impulsaba a tomarla. La tomo, voy hasta la cocina, donde estaba Adriana, y ahí disparo", es parte del relato con el que Barreda confesó ante la Justicia.
La frialdad del victimario es, quizás, lo que lo convirtió en una suerte de oscuro emblema que le valió de libros, canciones y series de TV; muchas de esas obras, llegaron a comparar su figura con la de un justiciero, amparadas en el curioso tratamiento que dieron al caso los medios de la época.
"Ahora voy a poder salir a la calle para caminar, ya que el arresto domiciliario me limitaba mucho", dijo Barreda en ese entonces, sin saber que los tiempos eran otros y que su presencia iba a ser repudiada allí donde fuera.
Barreda falleció internado en un asilo, luego de haber formado una pareja, enviudar y vivir en el pasillo de un hospital.
Sus restos fueron llevados a una agencia de velatorios de la zona, que no tenía previsto ofrecer servicio.
