"Estamos corrigiendo las series, validando los datos, eliminando duplicados y casos notificados como coronavirus que luego vimos que eran sospechosos pero no probados", dijo en rueda de prensa el director del centro de emergencias de Ministerio de Sanidad, Fernando Simón.
La contención de la epidemia en las últimas semanas implica que los servicios sanitarios de las distintas comunidades autónomas están sometidas ahora a una menor presión, lo que les está permitiendo trabajar en la depuración de los datos, según las explicaciones ofrecidas por el portavoz gubernamental.
Además de reducir el balance acumulado de muertes por COVID-19, las autoridades españolas cambiaron este lunes 25 de mayo la forma de reportar los nuevos fallecimientos.
Hasta ahora se ofrecía diariamente el dato de nuevas muertes notificadas por los distintos territorios, unas cifras que podían reportarse como nuevas incluso si se referían a defunciones ocurridas en jornadas previas.
Ahora, en cambio, se reportará un dato de "fallecidos con fecha de defunción en los últimos siete días".
Según los datos ofrecidos este lunes 25 de mayo, España registró la muerte de 50 personas en los últimos siete días.
Asimismo, este mismo lunes 25 de mayo Madrid notificó 17 nuevos fallecimientos, mientras que Sanidad solo cuenta a tres fallecidos en ese territorio en la última semana.
"Esos 17 casos pueden tener distintas fechas de defunción, sin embargo, fallecimientos en los últimos días son solamente tres", señaló Simón para explicar el nuevo criterio.
"Una cosa son los datos notificados y otra cosa son los datos que corresponden a la fecha de defunción de los últimos siete días", añadió.
Según su argumentación, esta nueva forma de reportar los datos permite tener un sistema de vigilancia más efectivo a la hora de localizar nuevos casos y posibles focos de contagio.
Por ejemplo, destacó que "en los últimos 7 días han ingresado únicamente 11 casos en las UCI" o que en ese periodo se diagnosticaron 243 casos con inicio de síntomas en la misma semana, lo que supone una incidencia acumulada de 0.52 positivos por cada 100.000 personas.
"Estamos en una situación favorable aunque todavía debemos tener mucho cuidado", resumió Simón.
A la luz de esta evolución positiva, España se encuentra inmersa en un proceso de desescalada de las medidas de confinamiento dictadas para contener, aunque por el momento el estado de alarma se mantiene activo hasta el 7 de junio y el Gobierno no descarta tener que prorrogarlo más veces.
Este 25 de mayo el proceso de desconfinamiento se extendió a Madrid, el área de metropolitana de Barcelona y las capitales de provincia de Castilla y León, los únicos puntos del país que todavía no habían entrado la Fase 1 de la desescalada.
Del mismo modo, casi la mitad del país entró en la llamada Fase 2, que permite unas relajaciones mayores.
Todo esto dibuja un mapa con una España a dos velocidades en la que el 53% de la población está en Fase 1 y el 47% en Fase 2, con la vista puesta en la definitiva Fase 3, diseñada como el último paso para alcanzar lo que el Gobierno bautizó como la "nueva normalidad" tras la epidemia.