"Esperamos que la vacunación masiva comience a principios del otoño [boreal]. Pero, por supuesto, no toda la población podrá recibir esta vacuna al mismo tiempo. Consideraremos que, en el mejor de los casos, la vacunación y su implementación a larga escala tomará de seis a nueve meses", dijo el director del instituto en un programa televisivo.
El académico sugirió que la vacunación, una vez aprobada, comience con los médicos y profesionales de salud, los cuales tienen un mayor riesgo de contraer el virus. Los próximos en recibir la vacuna, en opinión de Guíntsburg, deben ser las personas que trabajan en grandes grupos, como los obreros, por ejemplo.
"Si los resultados finales de los estudios preclínicos son positivos, lo que realmente esperamos, en los primeros diez días de junio planeamos solicitar permiso al Ministerio de Salud para la próxima etapa: la realización de ensayos clínicos en voluntarios humanos", afirmó el director del centro de investigación en una entrevista con el medio ruso Rossiyskaya Gazeta.
Guíntsburg agregó que algunos miembros del equipo involucrados en el desarrollo del preparado probaron voluntariamente la vacuna en sí mismos, como un experimento para confirmar su seguridad. Incluso, ya se han detectado en los empleados anticuerpos protectores que neutralizan el virus.
De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Salud de Rusia, el país ya registra 353.427 contagiados con el COVID-19 y 3.633 fallecidos a raíz de la infección.