El ministro de Salud búlgaro, Kiriel Ananiev, emitió el 21 de mayo una directiva que levanta a partir del 22 de mayo la prohibición de entrada para los ciudadanos de los países de la Unión Europea y Schengen (incluidos San Marino, Andorra, Mónaco y el Vaticano. La prohibición se impuso a mediados de marzo pasado para frenar la propagación del nuevo coronavirus.
La misma exención se aplica, independientemente de la nacionalidad, a profesionales médicos, trabajadores sociales, funcionarios extranjeros y miembros de sus delegaciones, diplomáticos, empleados de organizaciones internacionales, personal militar, miembros de los cuerpos de seguridad y orden público y trabajadores humanitarios en el ejercicio de sus funciones, personal de fronteras, conductores de autobuses dedicados al transporte internacional de pasajeros y conductores de camiones implicados en el transporte internacional de bienes y mercancías.
El 19 de mayo, el primer ministro búlgaro, Boyko Borissov, anunció una iniciativa para relajar las restricciones de viajes transfronterizos con las vecinas Grecia, Serbia y Rumanía a partir del 1 de junio.
Hasta la fecha se confirmaron 2.372 casos del COVID-19 en Bulgaria, entre ellos 1.478 activos, 769 curados y 125 fallecidos.