El año pasado, de este Libro se quitó la fórmula de que "cuatro islas septentrionales pertenecen a Japón", establecida en 2018.
Según Kyodo, esta formula se sustituyó en 2019 por una más suave —de que Japón quiere solucionar el contencioso territorial y concertar un tratado de paz con Rusia— debido a la intención del primer ministro, Shinzo Abe, de firmar un acuerdo marco sobre el particular durante la visita del presidente de Rusia a Japón en junio de 2019, pero la nueva fórmula suscitó críticas por parte de los diputados y los políticos conservadores y opositores japoneses.
El Libro Azul refleja las relaciones de Tokio también con otros países limítrofes, en particular, en el apartado dedicado a Corea del Sur se señala que en 2019 se vivió un período complicado en las relaciones bilaterales, pero al mismo tiempo vuelve a usarse la fórmula de que es un "país vecino importante".
Los lanzamientos de cohetes por Corea del Norte se califican como un "serio reto lanzado a la comunidad internacional", pero se señala que Tokio está preparado para sostener negociaciones con Pyongyang sin precondiciones.
En lo que se refiere a China, se dice que Tokio planea reanudar la coordinación de la visita a Japón del presidente chino, Xi Jinping, y busca edificar "relaciones maduras" entre Japón y China.
El secretario general del Gobierno nipón, Suga Yoshihide, al ofrecer una rueda de prensa subrayó que las fórmulas recogidas en el libro se aprobaron "tras considerar diversas circunstancias".
Durante décadas, Tokio ha condicionado la firma del tratado de paz con Rusia, asunto pendiente desde 1945 a la recuperación de las islas Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai.
Japón se escuda en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia el 7 de febrero de 1855.
La Declaración Conjunta de 1956 estipulaba que Moscú entregaría a Japón las islas de Habomai y Shikotan después de la firma de un tratado de paz, el documento no decía nada sobre las islas de Kunashir e Iturup.
La URSS esperaba que esta Declaración pusiese el punto final en el contencioso territorial, pero Tokio veía en este documento solo una solución parcial del problema.
En noviembre de 2018, los líderes de Rusia y Japón acordaron en una cumbre en Singapur impulsar las negociaciones sobre el tratado de paz con base en la declaración soviético-japonesa de 1956, el único documento reconocido por ambas partes.
Fue una seria concesión por parte de Japón, pues durante mucho tiempo la posición oficial de Tokio consistió en recuperar primero las cuatro islas Kuriles y solo después acometer la concertación del tratado de paz.