"Se trata de una crisis causada por un factor que, al menos en principio, tiene una naturaleza temporal, aunque probablemente será más duradera de lo que inicialmente anticipábamos", señaló.
En sus anteriores previsiones el organismo pronosticó una caída de entre el 6,6 y 13,6% del PIB en 2020 en función de la duración del estado de alarma.
Del mismo modo, también se rebajan las expectativas sobre el escenario más dañino.
Por ello, los pronósticos del Banco de España prevén ahora una caída que oscila entre el 9,5 y el 12,4% del PIB en función de cómo se desarrolle la situación, unas cifras en línea con las previsiones del Gobierno español (-9,2) y el FMI (-9,4).
"Este año se registrarán, previsiblemente, los retrocesos del PIB más abultados desde la Segunda Guerra Mundial en el del conjunto de las economías avanzadas y desde la Guerra Civil en el caso de España", constató Hernández de Cos.
En su comparecencia, el gobernador del banco central destacó que España es especialmente susceptible a esta crisis por su dependencia del turismo.
En ese sentido, manifestó su apoyo a las ayudas extraordinarias adoptadas por el Gobierno de España para que las empresas cuya actividad se vio detenida no tengan que despedir a sus trabajadores, algo que a su modo de ver está conteniendo el daño sobre el tejido productivo.
"En el corto plazo, no cabe una retirada prematura de las medidas fiscales de emergencia, pues esto aumentaría el riesgo de que el crecimiento económico sufriera daños más duraderos", dijo.
Sin embargo, Hernández de Cos también advirtió sobre la necesidad de buscar fórmulas para que estas medidas extraordinarias no generen un agujero de deuda irreparable.
Según los cálculos del organismo, en el mejor escenario de caída del PIB, la ratio de deuda publica se elevará hasta 115% a finales de 2020, y en el escenario más dañino crecerá hasta superar el 120%.
Ante esta situación, Hernández de Cos instó a todos los partidos políticos del país a buscar un "acuerdo político" por "varias legislaturas" para impulsar "reformas estructurales" con el objetivo de sanear las cuentas públicas.