"A partir del 13 de mayo de 2020, CBP remitió 59 casos al USCIS (…) De esos 59 casos: dos extranjeros establecieron que era más que probable que enfrentaran torturas si regresaban. 54 extranjeros establecieron que no era probable que enfrentaran torturas", dijo un portavoz del DHS en un comunicado".
El portavoz agregó que tres de las 59 solicitudes de asilo están pendientes.
La administración Trump implementó medidas de seguridad significativas en la frontera como un medio para contener el brote de COVID-19.
En marzo, la Aduana y Protección Fronteriza de EEUU comenzó a expulsar a los inmigrantes detenidos en virtud de una ley estadounidense conocida como Título 42, que permitió a la agencia devolver de inmediato a los inmigrantes a México después de ser detenidos.
Además, Trump emitió una orden ejecutiva el mes pasado para suspender la inmigración en Estados Unidos durante al menos 60 días, que se aplicará a aquellos que buscan la residencia permanente, en un esfuerzo por conservar empleos y recursos médicos para los estadounidenses a la luz de la pandemia.