La economía estadounidense podría enfrentarse a unas "duraderas" consecuencias negativas del brote de COVID-19, y los problemas de liquidez se convertirán en problemas de solvencia, advirtió el jefe de la Fed durante una videoconferencia organizada por el Instituto Peterson de Economía Internacional el pasado 13 de mayo.
Para asegurar que los mercados financieros continúen operando en las difíciles condiciones de la actualidad, la Fed bajó la tasa clave a casi cero y anunció una serie de programas de asistencia.
El Congreso, por su parte, asignó casi tres billones de dólares para ayudar a la economía.
🇺🇸 EEUU se endeuda a niveles de récord para superar la pandemia
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 19, 2020
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Hasta ahora, según Powell, la respuesta de EEUU ha sido "particularmente rápida y potente". Pero cuanto más dure la pandemia, más probable será que se produzca una recesión que lleve a la quiebra y a la disminución de los ingresos, agregó.
Powell advirtió de un "periodo extendido de bajo crecimiento de la productividad y estancamiento de los ingresos".
"Los largos períodos de desempleo pueden dañar o acabar con las carreras de los trabajadores, puesto que sus habilidades pierden valor y las redes profesionales se agotan, lo que deja a las familias con una mayor deuda", advirtió.
En este contexto, sugirió que el Congreso de EEUU y la Casa Blanca tomen medidas adicionales para ayudar a la economía. Según él, el apoyo fiscal, aunque conducirá a un aumento del déficit presupuestario, permitirá que la economía se recupere más rápido.
No obstante, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que el país sí que necesita una tasa negativa. Según Trump, EEUU debería aprovechar las ventajas de las tasas negativas al igual que lo hacen Alemania, China y algunos otros países.
