"Es difícil trabajar de periodista en América Latina"

La pandemia del coronavirus está siendo utilizada por algunos Gobiernos como una cortina de humo para acallar, e incluso acabar, con gente incómoda para sus intereses. Es el caso del periodista Facundo Molares, quien lleva encarcelado más de medio año en Bolivia, y cuya vida corre grave peligro.

Fue detenido en aparente venganza por su cobertura para la revista digital Centenario de los hechos que desembocaron en el derrocamiento del expresidente Evo Morales y la instauración de un Gobierno de facto ultraderechista. Y con el agravante de que fue capturado por las fuerzas leales a las nuevas autoridades cuando estaba internado en un hospital en estado de coma inducido.

"Nuestro compañero tiene hipertensión arterial, edema pulmonar, problemas renales y pérdida de visión, algo que viene agravado por la pandemia del coronavirus", dijo a Radio Sputnik el director de 'Centenario', Leonardo Juárez, quien denunció que se trata de una persecución arbitraria y con motivos falsos, una situación que afrontan cada vez más periodistas en Latinoamérica por decir la verdad.

"Todos los periodistas que tratan de informar de manera objetiva, de manera veraz, tienen algún nivel de persecución en América Latina, donde claramente las grandes empresas de comunicación cierran filas en torno a la estrategia comunicacional norteamericana y se han convertido en una verdadera manufactura de consenso. La manufactura de consenso es una de las grandes tareas de los medios masivos comunicacionales, que no solamente tratan de ganar la conciencia, sino también el corazón de amplios sectores poblacionales en la idea de construir un sentido común que esté al servicio de la política dominante. Cualquier periodista que se oponga a este sentido acaba siendo perseguido, de manera que es difícil trabajar de periodista en América Latina", manifestó.