Se cree que vivieron hace entre 18.000 y 23.000 años y que murieron todos aproximadamente al mismo tiempo después de tragarse sus propias heces en un pozo con agua contaminada. La vegetación preservada ayudó a reconstruir una imagen del entorno que mató a estos perezosos.
Los científicos también analizaron el suelo y la materia vegetal del sitio. Esto ayudó a determinar que la ubicación era un pantano que se secaba periódicamente, permitiendo que las plantas floreciesen allí.
Los restos de los perezosos también estaban cubiertos de plantas que parecían haber sido masticadas y digeridas. De esta manera los científicos supusieron que los mamíferos habían acudido al pozo para escapar del calor y de los insectos y para refrescarse en el agua, al igual que lo suelen hacer los grandes herbívoros modernos como los ñus y los hipopótamos.
Los perezosos terrestres gigantes son los ancestros de las especies modernas que pasaron a desplazarse por los dos continentes americanos hace muchos años.
El espécimen más grande, el Megalonyx jeffersonii, podía alcanzar unos tres metros de altura, es decir, era más alto que cualquier humano. Estos gigantescos herbívoros aparecieron por primera vez en América del Sur hace unos 35 millones de años y se extinguieron al final del Pleistoceno, junto con la mayor parte de los demás grandes mamíferos de la Edad de Hielo, incluidos los mastodontes, los lobos gigantes y los leones de las cavernas.