El número de infectados en la Federación de Rusia está creciendo a un ritmo acelerado. Hace unas semanas parecía que la pandemia había llegado a su pico, pero resultó no ser el caso. Durante aquellos días el número de casos diarios de COVID-19 oscilaba en torno a los 7.000. Sin embargo, la semana pasada esta cifra empezó a crecer. A día de hoy el número de nuevos casos registrados diariamente oscila entre 10.000 y 11.000.
Para saber el verdadero estado de las cosas basta echar un vistazo al número de tests realizados. Rusia ocupa el segundo lugar por número de pruebas realizadas: casi seis millones. También ocupa el segundo lugar en el mundo en este sentido solo por detrás EEUU, donde dicha cifra es de 10 millones. De esta manera, la tasa de detección en Rusia es mayor que en otros países. Por ejemplo, en España e Italia el número de tests realizados oscila alrededor de 2,5 millones.
Otro dato importante es la cantidad de tests realizados por cada 1.000 habitantes. En Rusia se han hecho 37,34 por cada 1.000 a 10 de mayo, según la información publicada en Our World in Data. La cifra es mayor que la de España y Estados Unidos, donde la cantidad de pruebas es de 34 y 26 por cada 1.000 habitantes, respectivamente. Sin embargo, Rusia ha hecho menos tests en este sentido que Italia, donde la cifra es de 41.
Otro indicio positivo es la cantidad de infectados por millón de habitantes. En Rusia dicha cifra es de 1.500, una de las menores del mundo. Pero hay países donde esta es incluso menor como, por ejemplo, Brasil e Irán, donde es de 800 y 1.300, respectivamente. En España, entretanto, este número supera las 5.700 infecciones por millón de habitantes.
Hay que reconocer que, con el aumento del número de infectados, dichos indicadores evidentemente crecen.
La tasa de mortalidad en Rusia es una de las menores del mundo y ni siquiera alcanza el 1%. Durante todo el período de la epidemia de COVID-19 en Rusia murieron poco más de 2.000 personas. Esto tiene que ver con el hecho de que Rusia se haya preparado bastante bien para el brote del coronavirus al equipar los hospitales con nuevo equipamiento médico y evitar el hacinamiento de pacientes en los centros de salud.
Algunos medios occidentales cuestionaron estas cifras y acusaron a Rusia de falsificar los datos sobre la tasa de mortalidad por el coronavirus en el país, pero la representante de la Organización Mundial de la Salud en Rusia, Melita Vujnovic, negó que Moscú esté "rebajando intencionadamente" los datos de mortalidad. En este sentido, las autoridades rusas son transparentes y publican toda la información sobre el número de muertes, de ahí que sea posible juzgar si la información es veraz.
La situación en Moscú
A partir del 12 de mayo en Rusia termina el período de días no laborables. De ahí que en algunas regiones se baraje permitir levantar algunas restricciones, pero no en Moscú. Comenzando con el 12 de mayo los ciudadanos están obligados a llevar mascarillas y guantes en todos los lugares públicos, en el transporte público, en el taxi y en el trabajo. Ya es posible adquirir mascarillas y guantes en las estaciones del metro moscovita.
A pesar de que las medidas restrictivas están lejos de ser levantadas, algunas empresas industriales empiezan a funcionar a partir de dicha fecha. La decisión se tomó para minimizar el daño a la economía.
Para evitar el hacinamiento de pacientes en los hospitales las autoridades de la capital han convertido algunos espacios públicos en hospitales temporales. Así, algunos centros de exhibiciones, un centro de venta de automóviles y un centro de patinaje se están acondicionando para acoger a los contagiados. Asimismo, especialistas del Ministerio de Defensa ruso están construyendo hospitales. Estas medidas también se aplican en otras regiones rusas afectadas por el COVID-19.
Salida gradual del régimen de autoaislamiento
Como ha sido mencionado arriba, a partir del 12 de mayo el período de días no laborables en Rusia llega a su fin. Este período comenzó el 30 de marzo y duró seis semanas. Las autoridades decidieron no prolongar el período de días no laborables porque en caso contrario la presión sobre la economía del país sería demasiado grande.
Esta decisión también se tomó por la cantidad real de nuevos contagios diarios. Según los cálculos, es menor que las cifras que vemos cada día en los informes que solo proveen la información sobre los casos registrados. En otras palabras, los casos registrados representan los contagios que pudieron haber ocurrido semanas antes.
Sin embargo, la situación en cada región del país es diferente. Por eso la decisión final sobre el levantamiento de las restricciones depende de los jefes de los sujetos federales del país. Son ellos quienes deben tomar decisiones al evaluar la situación epidemiológica actual en sus territorios. El 12 de mayo la vice primera ministra rusa, Tatiana Gólikova, anunció que 11 de los 85 sujetos federales ya pueden entrar en la segunda etapa del levantamiento de las restricciones porque la situación allí lo permite.
Otras 22 regiones pueden iniciar la segunda fase si aumentan la cantidad de camas en los hospitales y el número de pruebas de coronavirus realizado diariamente. Pero, ¿en qué consisten las etapas de la salida gradual del régimen restrictivo?
En la primera etapa se permitirá practicar deporte en las calles y abrirán pequeñas tiendas y establecimientos del sector terciario. En la segunda etapa será posible salir a la calle para caminar con familiares, se abrirán centros comerciales y algunos establecimientos educativos. En la tercera etapa se abrirán parques, todos los establecimientos educativos, los hoteles y los restaurantes.
Pero no hay que pensar que el camino hacia la normalización de la vida será rápido, advirtió el 11 de mayo el presidente ruso, Vladímir Putin.
En su discurso televisivo a la nación, el mandatario ruso señaló que la salida gradual del régimen de aislamiento debe llevarse a cabo junto con el cumplimiento de todas las precauciones para evitar así que crezca el número de infectados. Además, en su intervención el dirigente anunció nuevas medidas de apoyo financiero a las familias con menores de edad, unas de las más afectadas por las consecuencias económicas del brote.
Entretanto, los mayores de 65 años seguirán con el régimen de aislamiento porque son más propensos a sufrir las complicaciones vinculadas al COVID-19.
Muchos rusos se preguntan cuándo terminará la epidemia en el país y si es posible vencer al coronavirus. Pronto ya no hará falta preocuparse al salir de casa. Con vacuna o sin ella. Es difícil predecir la fecha concreta del fin de la pandemia porque la situación cambia rápidamente, pero las autoridades rusas llaman a los ciudadanos a tener paciencia: el país ya está yendo en la dirección correcta.