"La ciencia médica está ahora más solicitada que nunca, las esperanzas de todos los países del mundo están ligadas a la ciencia. Se trata de estudiar la fisiopatología del virus, crear nuevos fármacos y vacunas y calcular modelos matemáticos de la pandemia. ¿Será la ciencia capaz de responder rápidamente a esta situación?", declaró el presidente de la Academia Rusa de Ciencias, Alexandr Serguéyev, en una reunión virtual organizada por el Ministerio de Educación Superior y Ciencia de Rusia, la Academia Rusa de Ciencias y el portal Nauchnaya Rossiya (Rusia Científica).
Un virus misterioso y secreto
El COVID-19 produce más de tres veces más partículas patógenas en dos días en los pulmones humanos que su predecesor, el SARS, que causó un brote de neumonía atípica en 2002-2003.
El nuevo virus actúa de forma extremadamente encubierta, sin producir casi ningún interferón en 48 horas, que sirve como señal para activar el sistema inmunológico, señaló el profesor Nikolái Brikó, epidemiólogo jefe del Ministerio de Salud de Rusia y académico de la Academia de Ciencias de Rusia.
Según el científico, una persona con COVID-19 infecta en promedio a otras dos o tres. El virus es más contagioso que el ébola, pero menos infeccioso que el SARS.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 28, 2020
Al mismo tiempo, al epidemiólogo le llamó la atención la característica de género del coronavirus: en todos los países, los hombres mueren más a menudo de COVID-19 que las mujeres. En Estados Unidos, por ejemplo, el doble de hombres muere del nuevo coronavirus. En Europa occidental, el 69% de todas las muertes por COVID-19 corresponde a hombres.
Los médicos, entre los más afectados
Los científicos rusos califican al COVID-19 como "una enfermedad de equipos organizados". Los brotes masivos de infección ocurren en monasterios, grupos militares, asilos, cárceles y organismos médicos.
El epidemiólogo Nikolái Brikó destacó varias razones de este fenómeno: el mal estado material y técnico de algunas organizaciones médicas, la falta de espacio para aislar a los pacientes infectados, problemas de desinfección, la falta de epidemiólogos en los hospitales, la escasez de respiradores de la clase FFP2 o FFP3, etc. Las razones subjetivas incluyen la falta de experiencia para clasificar a los pacientes y la enorme carga de los médicos.
Además, los expertos señalan que el equipo de protección personal existente no proporciona una protección del 100% contra la infección, por lo que es crucial desarrollar una prevención individual fundamentalmente nueva basada en la medicación.
"En primer lugar, debemos proteger al personal sanitario", señaló el académico del departamento de ciencias médicas Vladímir Starodúbov.
Vacuna: ¿salvación o vanas esperanzas?
El mundo entero vincula el éxito en la lucha contra el COVID-19 con el desarrollo de una vacuna. Sin embargo, el académico ruso Vitali Zvérev, del Instituto Méchnikov de vacunas y sueros de la Academia Rusa de Ciencias Médicas, advirtió a la comunidad científica sobre las vanas esperanzas de que pronto se cree una vacuna contra el nuevo coronavirus.
"Me alegraría y estaría orgulloso de que alguien creara una vacuna con la que realmente se pudiera vacunar a la población, pero la tarea es extremadamente difícil: el virus es muy complejo. De ahí, los complejos enfoques para crear una vacuna", dijo.
Al mismo tiempo, el académico recordó que, a pesar de la enorme cantidad de dinero invertido en la creación de la vacuna contra el SARS, no fue posible crearla.
En su opinión, el desarrollo de medicamentos sobre la base de tecnologías inmunológicas para prevenir la infección es una tarea urgente y prometedora. Se trata de activar los mecanismos de la inmunidad innata con la ayuda de una vacuna bacteriana multicomponente compuesta por complejos antigénicos.