La belleza de Marilyn Monroe ha trascendido a lo largo de los años, convirtiéndose en un ícono seguido por varias actrices y modelos. Sin embargo, más allá de sus peinados y maquillaje perfecto, la intérprete de Happy Birthday, Mr. President (Feliz cumpleaños, sr. presidente) seguía todo un ritual personalizado para el cuidado de su piel que le daba esa belleza admirada por muchos.
El dermatólogo de su confianza Erno Laszlo le recomendó evitar las nueces, chocolate, aceitunas, almejas y las ostras. No obstante, Monroe podía consumir tranquilamente leche, helados, huevos, filetes e hígado.
Respecto a los cuidados superficiales, Laszlo preparó una rutina matutina y otra nocturna para el cuidado facial de Monroe.
Al despertar, Monroe debía empezar su día con la limpieza de la cara con agua y jabón de barra Phelityl Cleansing elaborado a base de aceites naturales y ácidos grasos esenciales. Seguidamente, debía aplicarse el tónico neutro Normalizer Shake-It con algodón para continuar con la crema Phelitone en pequeñas cantidades en la zona de los ojos y culminaba con el hidratante en polvo facial Duo-pHase.
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Los cuidados faciales nocturnos consistían en la limpieza de la cara, los labios y el cuello con aceite de Phelityl con la ayuda de un algodón. Luego, la aplicación de la crema Phelityl en la cara y cuello, evitando el área de los ojos.
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El Museo del Maquillaje en Nueva York decidió dedicar su primera exposición al maquillaje de los años 50 en EEUU. Se llama Pink Jungle - 1950's Makeup in America —Jungla rosa: el maquillaje de los años 50 en EEUU— y allí se exhibe todo el ritual de belleza de la diva Marilyn Monroe.