Un guepardo había cazado al impala y se daba un banquete hasta que quedó rodeado de buitres que estaban listos a quitárselo.
Con cada mordisco que el guepardo daba a su presa, los carroñeros se acercaban más y más hasta que lograron su cometido, a pesar de que el guepardo los intentó alejar en repetidas ocasiones.
Los buitres se dieron un festín por unos minutos hasta que apareció un león y los asustó hasta alejarlos de la presa. Rápidamente la tomó con sus colmillos y se la llevó para disfrutar del botín lejos de los buitres.