El panorama habitual de la estricta cuarentena que rige en Argentina fue interrumpido este 6 de mayo por una numerosa movilización de organizaciones sociales que se reunieron en el Obelisco, uno de los puntos más céntricos y tradicionales de la ciudad de Buenos Aires.
Las agrupaciones sostienen que la entrega de canastas alimenticias y de higiene para los sectores más vulnerables por parte del Ministerio de Desarrollo Social. Según las organizaciones, los comedores populares "desbordan de demandas" y no reciben una respuesta adecuada por parte del Gobierno.
"El Gobierno alega que las empresas alimenticias no quieren venderle los alimentos ¡si no es con sobreprecios! Es un escándalo que luego de robar con sobreprecios, los empresarios quieran seguir haciendo negocios con el hambre de la población, si el Gobierno no los denuncia es cómplice de una extorsión", denuncian las organizaciones en un comunicado.
La polémica por los sobreprecios en alimentos persigue al Ministerio de Desarrollo Social argentino desde comienzos de abril, cuando el propio Gobierno argentino publicó una lista de alimentos adquiridos para distribuir entre comedores y merenderos de zonas de bajos ingresos. Los productos habían sido comprados a precios mucho más alto que los del mercado minorista, desatando una controversia que motivó la destitución del funcionario a cargo de las compras.
Las organizaciones también cuestionan la forma de pago del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), una asistencia monetaria dispuesta por el Ejecutivo argentino para trabajadores informales o monotributistas de entre 18 y 65 años. Se trata de un pago único en abril, correspondiente a 10.000 pesos argentinos (149 dólares).
Según el Polo Obrero, el beneficio "ha dejado a más de 4 millones de trabajadores sin ingresos fuera", debido a que no alcanzaron a inscribirse en las fechas asignadas. Además, cuestionan que muchos beneficiarios cobrarán el monto recién en el mes de junio, "¡tres meses después y medio después de lanzado el decreto!", según enfatizan.
La movilización de las organizaciones despertó reacciones de indignación en las redes sociales, desde donde se cuestionó que se habilitara una manifestación en momentos en que los ciudadanos requieren permisos especiales para salir de sus domicilios.
Los organizadores de la marcha aseguraron, ya desde su convocatoria, que la movilización se realizaría "defendiendo la cuarentena". Por ese motivo, los manifestantes se desplegaron "respetando el distanciamiento social y con barbijos".
De hecho, las imágenes de la movilización comprueban que los integrantes de la organización se formaron sobre la Avenida 9 de Julio —la principal de la capital argentina— con distancias mayores a las habituales, además de estar munidos de guantes y mascarillas. No fue suficiente, sin embargo, para calmar los ánimos en Internet.