El cañón antitanque M1937 (53-K) de 45 milímetros fue una de las principales armas del Ejército Rojo durante la etapa inicial de la Segunda Guerra Mundial, pero siguió utilizándose a lo largo de todo el conflicto.
Entre 1937 y 1945, cuando terminó la guerra, se produjeron un total de 37.354 unidades de estos cañones.