"Nos gustaría tenerla este año, pero no quiero afirmarlo porque todo es muy relativo. Puede llevar entre 5 y 10 años desarrollar una vacuna que llegue a la población, y estamos intentando acotar este tiempo lo máximo posible", cuenta a Sputnik Juan García Arriaza, virólogo e investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) de España.
Mientras millones de ciudadanos permanecen confinados en sus hogares, García Arriaza se desplaza cada mañana al laboratorio del CNB en Madrid desde donde trabaja para uno de los hallazgos más ansiados en la actualidad: la vacuna contra el coronavirus.
Su equipo, capitaneado por el doctor Mariano Esteban, cuenta con una amplia experiencia en el desarrollo de vacunas contra el sida, el ébola, el zika o el chikungunya, y desde enero centra sus esfuerzos en la lucha contra el nuevo SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19.
Para elaborarlo, los investigadores trabajan a partir de un virus que en los años 70 se empleó para erradicar la viruela, el Vaccinia modificado de Ankara, que está aprobado para el uso en humanos y emplearon en anteriores vacunas.
Basándose en la secuencia genética publicada por China, los investigadores focalizaron los esfuerzos en la proteína S, que se encuentra en la denominada "corona" del virus y es su punto débil, para inducir una respuesta inmune que prevenga una nueva infección.
"Ahora estamos con ese candidato a vacuna, que ya está generado y estamos caracterizando para ver si es estable", explica García sobre el trabajo que realizaron en las últimas semanas.
Los ensayos con ratones cuentan con dos fases:
- Una primera que permitirá determinar si el candidato a vacuna es capaz de activar el sistema inmunitario;
- La segunda, que consiste en infectar a un modelo de ratón "humanizado" para probar la eficacia de la protección.
Si los ejemplares vacunados se protegen del virus y los resultados de las pruebas son satisfactorios, la siguiente fase sería la de las pruebas en humanos, primero en un número muy reducido de personas y más tarde a mayor escala.
"Pero esto lleva su tiempo, un año y medio seguro. Nuestra idea se trata de ver si lo podríamos realizar en los próximos meses, este año", cuenta García.
Los laboratorios españoles, un hervidero de iniciativas
El grupo de Mariano Esteban no es el único que trabaja para erradicar el COVID-19. En el mismo centro, el equipo del doctor Luis Enjuanes trabaja en crear una vacuna a partir de una reconstrucción del propio virus, atenuando y eliminando los genes de virulencia.
Enjuanes es el mayor experto en esta familia de patógenos en España, y uno de los científicos más reputados en este campo a nivel internacional, con más de 35 años de experiencia a sus espaldas.
"La estrategia que seguimos es la de buscar una vacuna que sea capaz de proteger contra varios coronavirus", cuenta a Sputnik la investigadora Julia Vergara.
Los científicos de IRTA buscan una zona conservada en la proteína S que esté presente en diferentes cepas o tipos de coronavirus, de forma que pueda contrarrestar todos los coronavirus.
"Normalmente las vacunas tardan años entre su diseño, pruebas a nivel celular, en animales y personas. Pero nos hemos puesto a trabajar muy rápido y esperamos para el año que viene contar con una vacuna eficaz", destaca esta investigadora.
Pese a las distintas iniciativas e investigaciones a nivel nacional, para que un candidato a vacuna llegue a la población y se pueda contener el virus a nivel nacional, las autoridades regulatorias deben aprobarlo.
Al utilizar un vector que en su día se aprobó para el uso humano, García espera que en el caso del CNB "las regulaciones vayan un poco más rápido", aunque advierte que las vacunas para el COVID-19 para poblaciones grandes, a escala mundial, no llegarán antes de 2021.
La evolución del virus es todavía impredecible
Una de las incógnitas sobre el nuevo coronavirus es su grado de mutación, del cual depende que se produzcan nuevos brotes entre la población pese a haber pasado la enfermedad.
García explica que su laboratorio no observó grandes cambios en el virus que circula por Europa con respecto al inicial en China, por lo que prevé que una misma vacuna pueda proteger a personas en distintos lugares del mundo.
"La ventaja de este virus es que como todos tiene una tasa de mutación, pero con los coronavirus no es muy alta", coincide Vergara.
Sin embargo, los investigadores llaman a mantener la cautela sobre un patógeno que hasta hace poco era totalmente desconocido para la comunidad científica.
Sobre una posible "vuelta" del virus aunque los países consigan controlarlo, admiten que es un escenario que la ciencia desconoce de momento.
"Realmente no sabemos si será estacional o no, pero sí que esperamos que con las altas temperaturas en verano lo podremos contener mejor", sostiene García.
"De todas formas, preveo que será un virus que podremos controlar relativamente bien con una vacuna", añade el investigador español, que admite preocupación ante futuras pandemias como la actual.
España cuenta con científicos de renombre a nivel mundial y una potente escuela de virólogos, además de buenos laboratorios y una gran capacidad de estudio y conocimiento de los virus, destaca este investigador.
Sin embargo, añade que "hace falta mucha más inversión en ciencia" y "apoyo por parte de las administraciones", un reclamo que se hace evidente en mitad de una pandemia que demuestra que el carácter indispensable y muchas veces infravalorado del trabajo científico.