"Desde el 1 de enero hasta el 31 de marzo la UNAMA documentó 1.293 víctimas entre los civiles [33 muertos y 760 heridos], resaltando que el conflicto afgano sigue siendo uno de los más mortales para los civiles mientras el impacto potencial del COVID-19 es una amenaza para toda la gente en Afganistán", dice el documento.
Los especialistas también especificaron que a causa del conflicto 152 niños fallecieron y 265 resultaron heridos, así como murieron 60 mujeres y 108 resultaron heridas.
Según el documento, los responsables por las victimas en general (un 55% del número total) son "los elementos antigubernamentales":
- un 39% son los radicales del movimiento Talibán;
- un 13% son los miembros del grupo terrorista ISIS (autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia);
- todos los demás son elementos antigubernamentales no identificados.
Las fuerzas gubernamentales son responsables de un 32% de las víctimas civiles.
"La UNAMA está seriamente preocupada por la escalada de violencia registrada en marzo, en su mayoría perpetrada por el Talibán contra las fuerzas de Seguridad de Afganistán, y por el siguiente crecimiento del número de víctimas civiles", subraya la nota.
La representante especial del secretario general de la ONU para Afganistán, Deborah Lyons, llamó a todos los bandos del conflicto "al alto el fuego universal" para "centrar los esfuerzos colectivos en la lucha contra el enemigo común, la pandemia del COVID-19".
Según los últimos datos del Ministerio de Salud de Afganistán, el país confirmó 1.565 casos del coronavirus, entre ellos 212 recuperaciones y 51 decesos.
A finales de febrero pasado, representantes de EEUU y del Movimiento Talibán firmaron en Doha un acuerdo que, además del recorte del contingente militar estadounidense en Afganistán, estipula la liberación de hasta 5.000 prisioneros talibanes y hasta 1.000 prisioneros de bando gubernamental para allanar el camino al diálogo interafgano.