El estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) se basó en una encuesta a más de medio millón de personas de 20 a 79 años de edad. Los participantes respondieron a preguntas sobre la cantidad de café que consumían y el método de preparación. Además, se recogieron datos como la altura, el peso, la presión arterial, el colesterol, los malos hábitos y la actividad física de las personas encuestadas.
No obstante, los científicos consideran que el estado de salud, estilo de vida y hábitos saludables de los participantes del estudio podrían haber afectado tanto el nivel de consumo como el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El experimento duró 20 años. Durante este tiempo murieron 46.341 personas, de las cuales 12.621 fallecieron a causa de enfermedades cardiovasculares, cerca de la mitad de ellos por un ataque al corazón.
Las personas que bebían de una a cuatro tazas de café filtrado al día eran las que menos probabilidades tenían de morir. Al mismo tiempo, el café no filtrado aumentaba los niveles de colesterol en la sangre, lo que incrementaba la probabilidad de muerte en los hombres mayores de 60 años.
