Ford Nucleon era un ambicioso proyecto que nunca llegó a materializarse, pero estaba diseñado para albergar en su interior un reactor nuclear.
A 'zero-emission' concept car you say? What's the catch?
— Pulp Librarian (@PulpLibrarian) February 28, 2020
The 1958 Ford Nucleon atomic automobile. Goes like a bomb... pic.twitter.com/bm4PETEO4N
La configuración del reactor dentro del auto era parecida a la utilizada en los submarinos nucleares. Había un generador de vapor que mediante la fisión de uranio se calentaba e impulsaba a presión un conjunto de turbinas.
En un principio la idea parecía perfecta: un auto capaz de funcionar con energía limpia y, en teoría, segura; capaz de reducir la contaminación acústica; capaz de funcionar sin gasolina gracias a su núcleo de uranio que habría que cambiar solo cada 8.000 kilómetros.
Pero, como se puede suponer, algo falló. Y es que el Ford Nucleon necesitaba un reactor pequeño, tecnología que estamos empezando a ver solo ahora. También se necesitaban materiales para blindar el núcleo más ligeros y de menor volumen, cosa que para la tecnología de la época supuso un obstáculo insuperable.
La incursión de Ford en la energía nuclear invita a reflexionar 70 años después sobre el optimismo que teníamos acerca de la energía nuclear en sus inicios. Ni siquiera se contemplaba la posibilidad de que la presencia de un reactor nuclear en el automóvil no alertara en su momento a los desarrolladores del modelo, algo totalmente impensable hoy en día.