Corría el año 1979 cuando llegó al mundo el Aston Martin Bulldog. En un tiempo de feroz competencia entre grandes marcas, este nuevo superdeportivo surgía como la baza perfecta del fabricante británico para demostrar que estaba al nivel de Ferrari o Lamborghini, y con la intención de batir el récord de velocidad.
Este fue el resultado de la crisis económica que arreciaba en la época, y es que el nuevo presidente de la compañía, Victor Gauntlett, ordenó prescindir de este proyecto tan ambicioso para priorizar otros más rentables, como los Gran Turismo y las berlinas. Así, Aston Martin vendió su joya a un cliente de alto nivel de los Emiratos Árabes Unidos y la andadura del Bulldog llegó a su fin. O eso parecía.
Más de 40 años después y tras pasar por varias manos, el actual propietario del vehículo ha contactado con CMC y las tareas de restauración ya están en marcha: tras una concienzuda labor de chapa y pintura que durará meses y que incluirá un análisis del sistema eléctrico y la reparación de los paneles de la carrocería, finalmente en verano de 2021 veremos una versión totalmente renovada del Aston Martin Bulldog.