"Yo diría que [el sistema hospitalario] ya colapsó, en el hospital de referencia para el coronavirus, el Delphina Aziz, las camas ya están prácticamente todas ocupadas", dice el funcionario.
Neto explicó que en los últimos días el sistema de salud está centrado en medidas paliativas de urgencia, como la construcción de un hospital de campaña en una escuela.
Manaos es capital del estado de Amazonas, el cuarto más afectado en Brasil por la pandemia, con 1.809 personas contagiadas y 145 fallecidos, según los datos más recientes del Ministerio de Salud, a pesar de que las cifras reales son mucho mayores debido al elevado subregistro.
Además, es el estado con mayor población indígena, especialmente vulnerable a la enfermedad, y el transporte es principalmente fluvial, por lo que los enfermos tardan días en llegar a Manaos, único lugar donde pueden tratarse los enfermos graves.
Esto, reconoce el alcalde, convierte a la ciudad en un callejón sin salida.
"Hemos pasado por dengue, chikungunya, sarampión… pero nunca pasamos una prueba tan seria, un test tan duro y definitivo como el coronavirus; nuestras armas institucionales están débiles ante el poderío de este virus", dice Neto, que culpa en parte a gestiones anteriores en el Gobierno del estado de Amazonas.
Como medida de emergencia, además del reparto de comida para las familias más necesitadas y la desinfección diaria de calles, el ayuntamiento decidió abrir por su cuenta un hospital de campaña en una escuela que estaba a punto de inaugurarse; serán 150 camas, a las que se sumarán las de otro hospital que construirá el Gobierno federal dedicado únicamente a indígenas.
Prepararse para lo peor
A pesar de las medidas para evitar el máximo de muertes posible, Neto asume que la ciudad también tiene que prepararse para lo peor.
"Estamos haciendo de todo para ganar espacio en los cementerios, no queremos llegar a lo de Guayaquil, sería profundamente desagradable", asumió, en referencia a la ciudad ecuatoriana donde muchos cadáveres no pudieron ser enterrados durante días por falta de espacio.
El alcalde de Manaos cree que lo peor llegará en mayo, pero teme que con el "vaivén de gente" que sigue habiendo en las calles el colapso se prolongue también todo el mes de junio; culpa de ello en parte al discurso del presidente Jair Bolsonaro, que en su opinión viene estimulando que la gente se relaje y no cumpla las medidas de cuarentena y aislamiento social.
Amazonas fue uno de los últimos estados en registrar muertes por coronavirus, pero ahora ya es uno de los más afectados, a pesar de que San Pablo, en el sureste, sigue liderando con diferencia; en total, en Brasil hay ya más de 33.000 casos confirmados y 2.141 muertes registradas.