Esos bolivianos "están instalados en un colegio (del puerto chileno de Iquique), dotados de todas las condiciones elementales para pasar la cuarentena", dijo la canciller Karen Longaric, destacando que esta operación se realizaba en colaboración entre los dos países.
Estos migrantes bolivianos decidieron retornar a su país tras perder sus trabajos en Chile como consecuencia del cierre de empresas derivado de la pandemia causada por el nuevo coronavirus.
Longaric dijo que la cancillería ha conseguido que la Organización Internacional para las Migraciones, de Naciones Unidas, colabore con alimentos para los bolivianos puestos en cuarentena, a quienes el Gobierno chileno va a asistir con servicios médicos.
Hace poco más de tres semanas, La Paz, que ha decretado cuarentena y cierre de fronteras contra la pandemia, permitió el ingreso de un primer grupo de 350 bolivianos procedentes de Chile.
El grupo de los ahora puestos en cuarentena en Iquique se enfrentó la semana pasada a la guardia militar puesta por el Gobierno boliviano para impedir que cruzaran la frontera, con saldo de al menos dos heridos.
Longaric, quien dijo que suman unos 1.700 los tres grupos de bolivianos que retornan de Chile a causa de la pandemia, evitó responder a duras críticas de autoridades regionales chilenas a la política de La Paz sobre la repatriación de bolivianos en tiempos de cuarentena.
Paralelamente al cierre de las fronteras terrestres, el Gobierno boliviano autorizó el retorno de connacionales vía aérea y permitió varios vuelos y caravanas de ómnibus con extranjeros que volvieron a sus países.