"Se están distribuyendo un millón de estos últimos a todas las comunidades autónomas entre ayer [el 5 de abril] y hoy [el 6 de abril]. Con ello se incrementará entre un 30 y un 40% las PCR que se podrán realizar ya que los test rápidos que den resultado positivo ya no tendrán que hacerse PCR", señaló en rueda de prensa el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
En concreto, en la jornada del 5 de abril el Gobierno empezó a repartir entre los distintos territorios de España un total de 1,02 millones de test rápidos.
Estos test, que tardan apenas unos 15 minutos en ofrecer resultados, solo necesitan como muestra una gota de sangre para detectar los anticuerpos generados por el sistema inmunitario contra la infección.
La directora adjunta del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias de España, María José Sierra, explicó que el uso de test rápidos será uno de los pilares de una nueva estrategia de "detección precoz de los casos para aislarlos y evitar que aumente la circulación del virus".
Esta fase de detección precoz, que incluirá la habilitación de hoteles y otros centros para los positivos asintomáticos que no puedan ser aislados de forma efectiva en en sus casas, se pondrá en marcha una vez constatado que España ya entró en una etapa de ralentización de contagios.
Hasta ahora, según explicó Sierra, "la estrategia de vigilancia se centró en casos graves (…) y personal sanitario". Sin embargo, en esta nueva fase, la intención es "hacer test de forma masiva tanto como sea posible".
Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, España acumula ya 135.032 personas contagiadas y 13.055 muertes por coronavirus.
Pese a ser el segundo país del mundo en contagios (por detrás de EEUU) y en fallecimientos (por detrás de Italia), las autoridades Sanitarias afirman que España entró en una fase de estabilización de la enfermedad gracias a las medidas de confinamiento implantadas desde el pasado 14 de marzo.