"El método de recomendaciones y confianza utilizado actualmente por las autoridades se basa en nuestro alto nivel de confianza en el Gobierno y entre nosotros; en otras palabras, se trata de estar seguro de que cada uno elegirá hacer lo mejor para su país", declaró Nilson, el director del Centro de Estudios de Riesgos Sociales de la Universidad de Karlstad.
Sin embargo, el profesor recordó que Suecia vive una fase inicial de la epidemia y es pronto para hablar de la eficacia del método.
Agregó que está preocupado por un aumento del número de muertes por COVID-19 en el país, sobre todo en comparación con otros países nórdicos.
En este contexto, no excluyó que el Gobierno sueco se vea obligado a imponer también una cuarentena en el futuro.
En Suecia funcionan todavía los jardines de infancia, las escuelas, los restaurantes y gimnasios, las universidades practican el aprendizaje a distancia, solo se prohíben reuniones de más de 50 personas; también se recomienda a los jefes de empresas organizar el teletrabajo para sus empleados, a los ciudadanos los llaman a quedarse en casa si tienen síntomas de una infección respiratoria y abstenerse de visitar a sus parientes mayores.
Desde el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica como pandemia la enfermedad COVID-19 causada por el coronavirus SARS-CoV-2 detectado en la ciudad china de Wuhan, capital de la provincia de Hubei (centro-este), a finales de 2019.
A escala global se han detectado más de un millón de contagios por el virus, entre ellos más de 54.000 decesos. Unas 218.700 personas han superado la infección.