La futura vacuna para el COVID-19 podrá ser insuficiente, pero no todo está perdido

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Sabemos que la creación de una vacuna preventiva del COVID-19 estará lista recién en 2021; sabemos que el virus que lo causa está mutando constantemente y que, cuando llegue esa vacuna, podría no ser suficiente para combatirlo. Sin embargo, no todo está perdido: no necesariamente representa un problema. ¿Por qué?  

Falta bastante para que podamos vacunarnos contra el Sars-CoV-2, el virus que causa el COVID-19. Científicos de todo el mundo coinciden en señalar que es un proceso largo y exigente que consta de varias etapas de validación y que no se tardará menos de 16 o 18 meses en que la vacuna entre en circulación.

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Esperar tanto para una vacuna que se hizo urgente suena un despropósito, más aun cuando nos consta que el virus está mutando a medida de que avanza la pandemia y que probablemente cuando se pueda usar, la vacuna no lo ataque de forma integral. 

No obstante, que el virus esté cambiando podría ser una buena noticia. Por lo pronto, no es una mala noticia: todavía no hay ninguna evidencia genética contundente que sugiera que el virus está aumentando su patogenicidad (su capacidad para producir enfermedad). 

El Laboratorio de Virología Fundamental de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Uruguay), explica que es esperable que el virus vaya mutando en versiones más atenuadas de su patogenicidad. "La atenuación es un proceso que seguramente va a ir ocurriendo paulatinamente", sostienen

​Sin embargo, aunque la vacuna pueda no combatir de forma tan potente al virus porque va a ir mutando, sí ayudará a protegernos de él de "forma cruzada". ¿A qué se refieren los científicos con eso?

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Para entenderlo, comencemos recordando que el SARS-CoV-2 es un virus perteneciente a la familia de los coronavirus, que ya había parido al SARS-CoV y MERS-CoV, ambos más letales que el actual (aunque no más contagiosos). 

O quizá mejor ir un poco más atrás: los brotes de los virus de coronavirus se llaman SARS porque sus siglas (en inglés) significan Síndrome Respiratorio Agudo Severo, y MERS, Síndrome Respiratorio de Oriente Medio. Es decir, el SARS-CoV-2 es un nuevo brote del mismo virus, que puede causar desde el resfrío común, hasta enfermedades graves que pueden resultar mortales.

¿Cómo es la mutación del coronavirus?

En palabras de los científicos del Laboratorio uruguayo, en general los coronavirus comparten una estructura del genoma y disposición de los genes: son todos muy similares. En Twitter señalan que:

  • Si se compara la secuencia de nucleótidos (moléculas orgánicas) entre el SARS-CoV y el SARS-COV 2 "encontramos que aproximadamente el 80% de ellos son iguales".
  • La proteína S (spike) es la llave que le permite al virus reconocer el receptor celular (llamado ACE2, en el caso de SARS-CoV) e infectar la célula.
  • La proteína S, se compone de 2 subunidades, S1 y S2. La S2 (la responsable del mecanismo de entrada a la célula) tiene una similitud del 99% con SARS-CoV, pero la S1 (la responsable de reconocer la células y adherirse a ella), sólo tiene un 70%: varía mucho. 

La clave es entender por qué varía tanto. Según los expertos uruguayos, se debe a dos cosas: los coronavirus son virus con genoma ARN, y una de sus características es la mutación que, a priori, no es bueno ni malo. Segundo, porque S1 genera una fuerte respuesta inmune en el hospedero, es la que induce más anticuerpos protectores. Entonces, la forma de "escapar a esa presión" de las defensas del hospedero es, justamente cambiando.

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Ahora bien, volvamos a la vacuna: en función de estudios genéticos y de la estructura viral, y la experiencia con los otros coronavirus "hermanos", la vacuna diseñada para generar anticuerpos contra la proteína S de SARS-COV-2, podría resultar inefectiva en el mediano plazo debido a la variabilidad de una de S1. 

Los expertos del Laboratorio explican que la "presión" de anticuerpos contra un solo tipo de S1 puede favorecer la emergencia de mutaciones en S1 y por tanto se pueden generar nuevas cepas del virus que escapen a la protección de la vacuna. No obstante, probablemente la vacuna sea de utilidad para controlar los casos endémicos que seguramente existirán en zonas de alta circulación viral actual. 

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