"El logro de Alberto Fernández en Argentina no pasa tanto por las medidas adoptadas (para luchar contra el coronavirus) sino por conseguir el apoyo de todo el círculo rojo de la política, y en algunos países en los que no salieron esas medidas tal vez sea por la falta de ese consenso", explicó a esta agencia Touzón, editor de la revista Panamá.
Argentina tuvo algunas demoras iniciales en la valoración del virus, que incluso pusieron en aprietos al ministro de Salud, Ginés González García, quien reconoció haber pensado que el virus "llegaría más tarde" al país, pero fue el primer país de América del Sur en decretar el aislamiento obligatorio el 20 de este mes.
La decisión, que obligó incluso al reclutamiento de efectivos jubilados o pasados a retiro para llenar las calles de policías, acerca la escena a las recordadas en la última dictadura militar, de la cual se cumplieron 47 años.
No obstante, la situación hizo que este año militares y civiles trabajaran juntos contra un eventual enemigo común.
"En Argentina ya estaba en el aire desde la asunción de Fernández la idea de que no se podía salir de los temas de crisis que tenía Argentina sin alguna idea de unidad nacional, y de repente se realizó en dos patadas", describió Touzón.
El politólogo resaltó la rápida reactivación del rol del ejército, "que estaba fuera de cuadrante hace muchos años por efecto de la dictadura".
Para el presidente argentino, que no se priva de emplear Twitter para enviar saludos de buenas noches e ideas para atravesar la cuarentena, hay un nuevo enemigo común y es aquel que decida no respetar la cuarentena.
Junto con Argentina, Bolivia, El Salvador, Colombia (desde este martes 24) y Paraguay también decretaron una cuarentena obligatoria.
En tanto Chile, Ecuador, República Dominicana y Guatemala decidieron inclusive toques de queda.
Otros países, como Uruguay, adoptaron medidas drásticas de suspensión de actividades (excepto las consideradas esenciales) y cierre de fronteras para promover el aislamiento voluntario de las personas en sus hogares.
Brasil y México
Para el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, el temor por el avance de la pandemia es pura "histeria" y, cada vez que es consultado, desvía sus respuestas hacia la economía, el aspecto que realmente le preocupa.
Así, y si bien desplegó medidas para controlar los contagios en un país que ya registra 46 muertos y cerca de 2.000 casos positivos, el mandatario brasileño fue más agresivo a la hora de proteger a las empresas y decretó el lunes la suspensión de los contratos de trabajo —sin goce de sueldos— por cuatro meses.
"Se ve un hilo común, incluso mundial, entre la superficialidad de Bolsonaro y (del primer ministro del Reino Unido) Boris Johnson que entre la salud y la economía siguen eligiendo la economía", definió Touzón.
Lejos de acercarse a otras figuras políticas, Bolsonaro llamó "lunático" al gobernador de Sao Paulo (sudeste), Joao Doria (del Partido de la Social Democracia Brasileña), por haber decretado una cuarentena de 15 días en el estado más poblado de Brasil y que concentra más del 35% de los casos, además de la mayor cantidad de decesos (40).
"En Río de Janeiro es el (grupo criminal) Comando Vermelho el que está decidiendo una cuarentena, entonces, la paradoja que se va a dar es que a pesar de tener a todos los militares atrás y la parafernalia bélica de Bolsonaro, esto termine de desintegrar más al estado brasileño", conjeturó Touzón.
Cuando el mundo alertaba en contra del contacto físico, López Obrador recomendó abrazar; cuando médicos y especialistas le pedían pasar a la fase dos de prevención, el mandatario optó por recomendar abrazos virtuales y, solo unos 10 días después, atendió el reclamo.
En esos días, el presidente mexicano no abandonó los viajes de trabajo por el país, en los que mantuvo contacto directo con las personas que lo saludaron e, incluso, mordió en la mejilla a un menor, algo que generó críticas.
Su relación con la oposición tampoco es la mejor: Enrique Alfaro Ramírez, gobernador del estado de Jalisco y representante del Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda y antigua formación de López Obrador) criticó duramente al Poder Ejecutivo por no enviar suficientes test de detección del virus.
"Pareciera que algunas autoridades (federales) quieren evitarnos, queremos que se eviten muertes y contagios, aquí queremos saber la verdad y actuar en consecuencia", enfatizó Alfaro Ramírez.
López Obrador pareció haber entendido el mensaje, y luego de contar 367 casos y cuatro muertes, la Secretaría de Salud inició la fase dos de prevención para reducir la transmisión del nuevo coronavirus SARS CoV-2.
A finales de 2019 China informó de un brote de neumonía en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei (sudeste), causado por una nueva cepa de coronavirus, el SARS CoV-2.
El último reporte de la Organización Mundial de la Salud indica que hay 372.757 casos confirmados en todo el mundo, al tiempo que 16.231 personas murieron a causa del COVID-19.
