La cuarentena es una vieja y conocida práctica de la humanidad. Desde la Edad Media, el mundo ha conocido diversas formas de cuarentena para combatir enfermedades infecciosas como la peste negra, la lepra o el cólera, por ejemplo. Más allá de las características de cada una, lo cierto es que los llamados autoaislamientos —de personas que voluntariamente se encierran en sus casas para evitar el contagio— vienen siendo adoptados en los más de 150 países que reportaron la presencia de COVID-19.
Algunos puertos del Mediterráneo y el Adriático comenzaron entonces a limitar la llegada de barcos pero no fue hasta el 27 de julio de 1377 en que el concejo municipal de Ragusa decretó períodos de 30 días de aislamiento para todos los que llegaran de zonas infectadas.
El período de 30 días, conocido como trentina, se extendió más tarde a 40 días, siendo Marsella, al sur de Francia, la primera ciudad en extender el período en 1383. De acuerdo a los historiadores, la definición de un plazo de 40 días de aislamiento se debió a que creía que el día 40 diferenciaba una enfermedad aguda de una crónica.
El mundo moderno tomó nota de esta herramienta y durante siglos fue la mejor manera de actuar ante enfermedades infecciosas. La forma de aislar a los enfermos fue evolucionando y, ante la necesidad de contener a grandes cantidades en un solo lugar, muchos países comenzar a optar por valerse de islas u otros territorios aislados para enviar a los cuarentenados.
Australia: la cuarentena en una polémica isla
Cuando el brote de coronavirus comenzó a expandirse desde la ciudad china de Wuhan hacia otras regiones, el Gobierno australiano anunció que los australianos que regresaran al país desde el gigante asiático deberían permanecer en una cuarentena de 14 días en la Isla de Navidad, un territorio insular de 135 kilómetros cuadrados ubicado a más de 2.000 kilómetros del territorio continental australiano.
A mediados de febrero, todos los australianos de cuarentena en la Isla de Navidad comenzaron a retornar a sus casas luego de los resultados negativos en sus exámenes de coronavirus. Cerca de un mes después, el Gobierno australiano anunció el cierre de fronteras para todos los extranjeros y dispuso que todos los australianos que retornaran al país deberían cumplir un aislamiento de 14 días en sus casas, por lo que la isla dejó de utilizarse.
Argentina: una isla para enfermos en el Río de la Plata
América Latina también tiene ejemplos de islas utilizadas para cuarentenas en el pasado. Un caso típico es el de la isla Martín García, ubicada sobre el Río de la Plata, entre las costas de Argentina y Uruguay. La isla, originalmente ocupada por indígenas charrúas y guaraníes, fue identificada por el español Juan Díaz de Solís en 1516. El español la nombró 'Martín García' en honor a uno de los integrantes de la tripulación que murió y allí fue enterrado.
Pero también fue un lugar para aislar a personas con enfermedades contagiosas. Entre 1874 y 1920, Argentina utilizó la isla como destino transitorio de los barcos que llegaban desde Europa en tiempos de epidemias. Todos los inmigrantes debían vivir un período en la isla, donde eran desinfectados, antes de poder arribar a Buenos Aires.