"Desde los 16 años trabajo, tengo 36, es decir, son 20 años de trabajo, pero en los últimos años mi poder de compra disminuyó tanto, que para buscar una solución decidí hace un año aprender a coser, y de allí salió mi emprendimiento, que es la confección de trajes de baño", dijo a Sputnik Emilsy Rodríguez.
Rodríguez explicó a Sputnik que trabaja durante ocho horas en una oficina de marketing digital, donde le pagan 120 dólares al mes, y aunque debe dedicar horas extras en la noche y fines de semana a su emprendimiento, lo hace porque eso le permite contar con otros 150 dólares mensuales.
Por su parte, Ambar Aular, contó a Sputnik que hace un año decidió desarrollar un proyecto de panadería artesanal por motivos similares a los de Rodríguez: cubrir los gastos básicos de su familia.
"Me gusta ser independiente, poder manejar mi tiempo; claro, no ha sido fácil tomar esa decisión de dejar mi trabajo y solo dedicarme a eso, pero pasé de generar cinco dólares al mes a 300 dólares mensuales", explicó.
Tanto Aular como Rodríguez son madres solteras, y aseguran que eso se ha convertido en un impulso para dedicarse aún más a sus proyectos.
"Estos emprendimientos tienen algo positivo y es que mientras más horas dedicas, es posible cosechar más, y aunque en Venezuela existe una crisis económica la gente sigue comprando", añadió.
"En la actualidad no se puede negar que el uso del dólar ayuda al impulso del emprendimiento, es un factor determinante ya que esa divisa no se devalúa todo el tiempo; por ejemplo, si compro una harina en un dólar el mes que viene usualmente puedo conseguirla en el mismo precio o un poco más, pero el cambio no es tan fuerte como era en bolívares que ya en dos días podía costar el triple", sostuvo.
Desde hace un año el dólar se ha convertido en la segunda moneda de mayor circulación en Venezuela y la mayoría de los comerciantes de ese país aseguran que eso en muchos aspectos les ha permitido oxigenar sus negocios.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, indicó que las transacciones en dólares son una "válvula de escape" para favorecer la economía en recesión.
Jessica Oropeza también entra en la lista de mujeres, específicamente madres solteras, que deciden apostar en su emprendimiento para costear los gastos de su hogar.
Desde 2016, Venezuela entró en hiperinflación y aunque en los últimos meses se ha frenado un poco, en febrero la inflación cerró en 22,4%, de acuerdo con las cifras publicadas por el Parlamento, mientras en enero había cerrado en 53,7%.
Esta situación ha provocado que el salario de los venezolanos, fijado en bolívares, se diluya cada mes, y por ende también su poder adquisitivo, por lo que invertir los ahorros en algún emprendimiento que permita rendir el dinero hasta fin de mes, ha sido una opción para muchas mujeres en Venezuela.