"La proyección para el PIB en 2020 se redujo al 2,10% [antes era del 2,40%]", señaló esta cartera.
El Ministerio añadió que los impactos esperados en la economía brasileña se sitúan en un intervalo de entre -0,1 puntos porcentuales y -0,5, siendo un valor próximo a -0,3 el "escenario más probable".
Según el Gobierno brasileño, una vez que se estabilice la situación habrá un "regreso acelerado" del ritmo de la actividad económica, gracias al movimiento de reposición de stocks y el aumento de la productividad.
Además del coronavirus, el Gobierno recordó que en los últimas días hubo una fuerte caída del precio del petróleo, lo que aumentó la volatilidad en los mercados y provocó una reacción negativa en el precio de los activos.
El Ministerio remarca que hay dudas sobre el impacto que la caída del precio del petróleo y la desaceleración económica global pueda tener en Brasil, y admitió que el escenario de este año se volvió más "desafiante".
Para hacer frente a esta situación, el Gobierno propone perseverar en las reformas fiscales y estructurales, y asegura que mantener el "techo de gastos" (que impide que el Gobierno gaste más de lo que recauda) reduce el riesgo y estimula la economía.
El principal impacto de la crisis del coronavirus en Brasil se da por el hecho de que su principal socio comercial es China, que compra buena parte de las "commodities" que exporta.
Además, el gigante asiático es un gran proveedor de material electrónico para la industria brasileña, y la paralización en China ha obligado a parar también a varias fábricas brasileñas, sobre todo en el estado de Sao Paulo (sureste).
En comparación con China, Corea del Sur, Japón, Irán o los países europeos, Brasil tiene pocos casos confirmados de la enfermedad (34, según el balance oficial del 10 de marzo), aunque el Ministerio de Salud espera que se multipliquen en los próximos días.