Las encuestas previas a los terceros comicios legislativos que se celebran en Israel en once meses pronosticaban un empate a unos 34 escaños entre el Likud y su principal rival, la coalición de centro-derecha Azul y Blanco, presidida por el ex-jefe del Estado Mayor del Ejército israelí Benny Gantz.
Estos resultados sumados a los 9 y 8 escaños que obtendrían los partidos religiosos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, más los seis que tendría el partido de ultraderecha Yamina (Derecha) situarían al Likud a 60 escaños, uno menos de los que necesita para formar gobierno en una Knéset (Parlamento israelí) de 120 diputados.
Netanyahu ya anunció anoche que el Likud disponía de datos internos que mostraban que estaba "muy cerca de la victoria", de obtener los 61 que precisaba.
La tercera fuerza, según los sondeos a pie de urna, sería la Lista Conjunta, integrada por formaciones esencialmente palestinas o árabes-israelís.
El partido de ultraderecha laico Israel Nuestro Hogar, liderado por Avigdor Lieberman, habría obtenido entre siete y ocho diputados, aunque aseguró que no apoyaría a Netanyahu.
La alta participación tendría que ver mucho con los cambios entre lo pronosticado por las encuestas pre-electorales y las proyecciones a pie de urna.
Los analistas esperaban un descenso de votantes dado el hartazgo tras haber celebrado ya tres elecciones y después de una campaña electoral pobre a nivel de calle, con una notable ausencia de carteles y actos públicos; pero en esto también han fallado la mayoría de previsiones.
A las 18.00 GMT, a dos horas del cierre de los colegios, ya había votado el 65,6% del electorado, un 1,9% más que en los anteriores comicios del pasado 17 de septiembre, según el Comité Electoral Central.
Esta ha sido la participación más alta desde 1999.
Los colegios electorales abrieron esta mañana a las 5.00 GMT en Israel por tercera vez en once meses, algo sin precedentes en su historia.
Tras el fracaso de los partidos políticos en su intento de formar gobierno en las elecciones del pasado 9 de abril y el pasado 17 de septiembre, 6,4 millones de electores estaban llamados de nuevo a las urnas.
Si los resultados oficiales, que se publicarán mañana, confirman las proyecciones, Netanyahu se habría impuesto a pesar de estar acusado de fraude, cohecho y abuso de poder en tres casos de corrupción.
Su juicio empieza el 17 de marzo, pero la ley le permite seguir siendo primer ministro mientras dure el proceso, que podría llevar meses o hasta unos años.
Es el primer jefe del Gobierno israelí imputado mientras ejerce su cargo y el líder que más tiempo ha sido primer ministro.
"Una victoria gigante" de Netanyahu
"Esta noche representa una victoria gigante", dijo Netanyahu ante la plana mayor de su partido.
Entre aclamaciones constantes y fervor de decenas de seguidores concentrados con banderas de Israel en su cuartel general electoral, en el recinto de la feria de Tel Aviv, Netanyahu aseveró que su partido ganó "contra viento y marea".
"Nos daban por acabados, pero permanecimos. Convertimos limones en limonada. Convertimos a Israel en una superpotencia, fomentamos nuevas conexiones con los líderes mundiales, incluidos más líderes de los que se puede imaginar en el mundo árabe y musulmán", destacó en su discurso, lleno de interrupciones de sus simpatizantes.
Netanyahu aseguró que sus declaraciones sobre acuerdos de paz con más naciones árabes "no son simples palabras".
"Antes he hablado con todos los líderes de las facciones de derecha. Haremos todo lo que podamos para formar un amplio gobierno nacional que sea bueno para Israel", explicó 'Bibi', tal y como se conoce popularmente al primer ministro, el que más tiempo ha ocupado este cargo.
Netanyahu recordó que durante su campaña habló sobre todo lo que se puede conseguir en los próximos años.
"Aplicar la soberanía sobre nuestra tierra en el Valle del Jordán", dijo en referencia a anexionar a Israel esta zona y el territorio palestino ocupado de Cisjordania.
Gantz admite "decepción" por los resultados de su coalición
El líder de la coalición de centro-derecha israelí Azul y Blanco, el exjefe del Estado Mayor del Ejército israelí Benny Gantz, admitió una "decepción" con los resultados de las elecciones legislativas de los sondeos a pie de urna.
"Comparto vuestros sentimientos de decepción y dolor", dijo el líder de Azul y Blanco a los seguidores que se concentraron en su cuartel electoral en Tel Aviv.
En su discurso, el líder de Azul y Blanco se mostró abierto a colaborar con el Likud, pero dejó muy claro que no sería para ayudar a que Netanyahu intente legislar para garantizarse inmunidad ante su acusación por tres casos de corrupción.
Israel necesita "sanar, unidad, reconciliación, un liderazgo unificado", expresó Gantz.
El exjefe del estado Mayor dijo que dentro de dos semanas Benjamín Netanyahu "se sentará en el juzgado por delitos serios".
"Estaremos en las calles. No dejaremos que nadie destruya nuestro país, no permitiremos que nadie nos divida, desmantele la sociedad israelí o aplaste nuestra democracia", indicó en un tono entre agresivo y conciliador.
Además, afirmó que su coalición respeta a los que votaron por otros partidos en las elecciones legislativas de Israel.
"Azul y Blanco solo ha iniciado su camino, aún tenemos un gran camino que recorrer", concluyó Gantz.
Lieberman no apoyará a un Gobierno del Likud con formaciones religiosas
El líder del partido de ultraderecha laico Israel Nuestro Hogar, Avigdor Lieberman, declaró que no apoyará el partido Likud, encabezado por el primer ministro israelí en funciones, Benjamín Netanyahu, en una coalición de Gobierno que incluya formaciones religiosas.
"Somos un partido de principios. Cada escaño importa, así que tenemos que esperar los resultados verdaderos", señaló el exministro de Defensa y de Exteriores el lunes por la noche en una intervención en los cuarteles generales de su partido, en la localidad de Modiin.
Lieberman considera a los partidos nacional-religiosos y los ultraortodoxos como "mesiánicos".
En los anteriores comicios apostaba por crear un Gobierno de unidad nacional integrado por el Likud, líder de la derecha israelí, la coalición de centro-derecha Azul y Blanco, de Benny Gantz, y su propio partido, Israel Nuestro Hogar.
Líder laborista acusa a Azul y Blanco por sus malos resultados
"La campaña de Azul y Blanco se volvió contra nosotros (…) Sabíamos que todo terminaría así", dijo el líder de la alianza de partidos de centro-izquierda Laboristas-Gesher-Meretz, Amir Peretz, a los militantes y simpatizantes de su partido.
Afirmó que su formación actuó por responsabilidad para garantizar un "gran bloque que tuviera la oportunidad de formar un Gobierno" y poner al pueblo en un nuevo camino.
Aseveró que la pequeña alianza de centro-izquierda actuó "de manera responsable".
"Firmamos un acuerdo para compartir votos con Azul y Blanco y respaldamos completamente a (su líder) Benny Gantz (...) Pero en los momentos críticos (Azul y Blanco) lanzó una campaña irresponsable contra nosotros", lamentó Peretz.
El líder laborista prometió continuar luchando por los principios y creencias de su alianza.
Racismo contra palestinos
Uno de los dos líderes de la Lista Conjunta, alianza de partidos predominantemente árabes, Ayman Odeh, afirmó que la coalición de centro-derecha Azul y Blanco fracasó por su actitud racista hacia los palestinos de Israel.
Si los sondeos a pie de urna difundidos por los canales de televisión de Israel se cumplen, el Likud, liderado por el primer ministro israelí en funciones, Benjamín Netanyahu, habría obtenido 37 escaños, frente a 32 o 33 de Azul y Blanco.
Si los partidos de ultraderecha nacional-religiosos y los religiosos ultraortodoxos logran en resultados reales los de las proyecciones, Netanyahu tendría 60 de los 61 escaños necesarios para formar gobierno, aunque algunos sondeos dan una suma de 59.
Triunfo de "la anexión" de los territorios ocupados
El jefe de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat, denunció los resultados de las elecciones legislativas en Israel.
El veterano negociador palestino hizo referencia así en un comunicado a la voluntad manifiesta de Netanyahu de anexionar a Israel la parte palestina del Valle del Jordán y otras zonas de Cisjordania, ocupada desde 1967.
Las proyecciones emitidas por los canales de televisión israelíes demuestran que "los asentamientos, la anexión y el apartheid han ganado", aseguró Erekat.
Netanyahu anunció hace dos días que si ganaba las elecciones y volvía a ser primer ministro, las anexiones prometidas se llevarían a cabo "en cuestión de semanas".
Reacción de Hamás
"El estado de la ocupación seguirá siendo una entidad iracunda y sus elecciones no darán ninguna legitimidad a la tierra palestina”, escribió en su cuenta de Twitter Hazem Qasem, portavoz del grupo palestino islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza.
Subrayó, en referencia al Gobierno israelí, que "hay una selección de colonos extranjeros" que llevan una entidad que se basa en la "usurpación de la tierra palestina y la expulsión de sus residentes originales”.
“Nuestro pueblo continuará su lucha hasta que consiga sus objetivos de llegar a su libertad, recuperar su tierra y establecer su estado independiente con Jerusalén como su capital”, agregó el portavoz de Hamás.